Todo virus tiene su antivirus, eso es indiscutible. Tarde o temprano llega la solución para cualquier enfermedad y en el caso del Covid-19 que azota al mundo entero no es diferente. La buena noticia es que todas las pandemias de la historia ha pasado y la humanidad ha seguido de pie.
Un aporte importante, todas estas enfermedades tienen una raíz espiritual la cual hacemos bien en conocer, entender, y aprender a erradicar para no tener que volver a pasa por una experiencia similar. Dicho esto, ¿Cuál es el "antivirus" para esta peste? La mayor arma con la que el Covid-19 trabaja se llama temor. Si, miedo a morir.
Hay algo curioso con el temor: funciona de la misma manera que la fe, tienen la misma sustancia. Estamos convencidos de algo, consciente o inconscientemente sabemos que tarde o temprano pasará, y pues, termina aconteciendo. ¿Por qué? Porque el temor es cómo una fuerza que "atrae" aquello que, justamente, estamos temiendo.
Si el miedo es el virus, sin duda, el amor es el antivirus; pero no el amor "eros", sino el amor de Dios que es lo único capaz de echar fuera todo temor. Cuando conozco, entiendo, acepto, y disfruto de cuánto Dios nos ama, el temor ha perdido todo asidero; sus cobardes tentáculos se disipan ante la verdad irrefutable que tengo un Padre Bueno.
Y como dice la canción "yo solo se que yo soy su hijo y Él es mi Padre y mi Padre me ama"; nada escapa de la perfecta soberanía del Amo del universo, ¡Cuánta tranquilidad, cuánta paz, produce eso en un corazón que lo entiende!
Amigo, cuando llegue tu día de partir de este mundo, con Covid o sin Covid, así seas la persona más cuidadosa de tú cuerpo, con la mejor alimentación, sin duda vas a partir. Pero si te aferras al amor de Dios y apelas a Su Propósito para ti en esta tierra, nunca nada podrá moverte ni detenerte de ese llamado precioso.
¿Quieres ser vacunado? Que sea con el amor del Padre: inagotable, inconmensurable, y de paso, gratis. ¡Atrévete!