Vivir en un país en el que cada día estás mas encerrado, donde el salario mínimo mensual equivale a un poco menos de 5$, y el gasto en comida es mucho más que eso, es una locura a los ojos de cualquier persona que viva en un país normal...
En Venezuela tenemos un fenómeno muy particular, y es que a nadie le alcanza para vivir con un salario mínimo pero aún así vivimos, nadie sabe como, ni el mismo gobierno se lo explica, pero aún así el venezolano tiene la capacidad de sobrevivir y seguir soñando.
Es un poco irónico como en Venezuela nos corre oro bajos los pies literalmente y aún así la mayoría de la población joven solo piensa en emigrar, es triste ver como el país con varios de los tesoros naturales mas preciados del mundo, se está quedando sin visitante quien los visite, sin niños que se bañen es sus playas, sin jóvenes que escalen estas montañas...
Es decepcionante ver como luego de la bonanza petrolera más grande de la historia de este país, hoy hay personas que sufren a diario por no conseguir cosas simples como antialérgicos o antibióticos. Y unos cuantos más tienen que buscar en los restos de comidas que otros dejan haber si tienen la suerte de conseguir algo "bueno".
Aún así, aún con todo este peso que llevamos sobre nuestros hombros, a pesar de un gobierno que miente y reparte la miseria en bolsas de comida, a pesar de lo difícil y complicado que se a vuelto vivir en Venezuela, los Venezolanos seguimos soñando, seguimos queriendo ser mejores, seguimos madrugando todos los días para salir a ponerle el pecho a la vida, seguimos creyendo que podemos salir de esto...
Soñamos con ese día en que todos los que se fueron vuelvan, soñamos con ese día en que las familias, los amigos y los amantes se vuelvan a encontrar, soñamos con ese abrazo de Carlos que se fue a España o de Isabella que está en Argentina, soñamos con volver a probar las arepitas dulces de Ana que hoy está en Ecuador y las cachapas que preparaba Elias que hoy está con su familia en el norte. Soñamos con ese día en el que podamos gritar libertad! Y desde ese grito desgarrado lleno de lagrimas, sangre y sacrificios, reconstruir lo que en algún momento fuimos... El mejor país del mundo.