El mercado del café, como todos sabemos, es muy volátil en cuanto al precio. Sobre todo cuando a partir del empaquetado del preciado producto se empaquetó y se le asignó un valor agregado.
Sobre este último punto hay de valor agregado a infravaloración de los precios de los productos finales. Pensemos en Starbucks, es una calamidad el precio y su incongruencia con la calidad del producto; entiendo que es la marca lo que en realidad venden.
Ahora bien, respecto a la injusticia laboral y salarial respecto a la distribución de la riqueza que genera la industria del café, hay mucho que hacer. El campesino se ve aún hoy mal pagado.
Ya existen algunas organizaciones que están luchando por una justicia social. Veamos en qué va todo esto.