I
Oh señorita querida...
por más que pasen los días,
recuerda que eres mía...
como el aire que respiro,
como un corazón en agonía;
latiendo aún más rápido,
que locomotora en vieja vía;
más fuerte que hasta un guardia,
que trabaja de vigía,
y más lógico que un alma,
que transita en su alegría.
II
En mi sueño voraz te has volcado,
y creíste que me acobardaría,
pero temo negarte el cruel destino,
que a lo nuestro acabaría,
un tercero entrometido,
en el amor apelaría,
alejar de mi tus toques,
maldita profecía.
III
Lamento que hoy olvides,
el secreto de la andragogía,
que supera ya por mucho,
la creencia e ideología,
pero entre tanto que se vive,
te recuerdo que eres mía
Y lo tengas hoy presente,
que sin ti me moriría...
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oye muy bueno, me gustó, una forma muy romantica de decirle a alguien que es tuyo jeje un saludo!
Muchas gracias, que bueno poder leer tu comentario, un abrazo y Dios te bendiga sobrina.
Me encantó! Es excelente la forma como juegas con una expresión tan posesiva pero que vista de esa manera, trasciende lo meramente carnal y te hace comprender que la verdadera posesión la da la conexión y no necesariamente la cercanía, muy bien! :D saludos.