El otro amigo se llamaba Cipriano, todos le llamaban Cipri, se hizo amigo a raíz de ver los abusos a los que sometían los mellizos y el coraje que mostraba al enfrentarse a ellos, eso le impactó, vió que no se amedrentaba ante tal acoso. Un día jugando con los demás niños a un juego que se llamaba Contra Pared, llegaron los Mellis y empezaron a incordiar a Nián y a sus amigos, les quitaban el balón y empezaban a reírse de ellos, como Nián ya sabía de que iba la historia quiso cortar el rollo a los Mellis en ese mismo momento, demostrando que el jamás les iba a tener miedo, en ese momento llegó Cipri y vió que Nián estaba forcejeando con los dos hermanos que estaban vacilando con él, en ese mismo instante, bajó de una moto que era roja, de la marca Derbi, que por aquel entonces el que tenía una Derbi era prácticamente un piloto de carreras y adinerado, y llamó a Nián y le preguntó: ¿te gusta la moto?, Nián contestó: ¡si, me encanta, es como la de Ángel Nieto!, Cipri le dijó: !cógela!, Nián había aprendido a manejar la bicicleta solo dos días antes pero como era tan atrevido, se montó en la moto sin casi llegar al suelo, Cipri le explicó prácticamente el manejo del embrague y las cuatro marchas que tenía la moto, Nián cogió la moto y la embragó para meter primera marcha, en ese momento se escuchó un grito de uno de los Mellis que eran amigos de Cipri, ¡que haces tonto! ¿Cómo le vas a dejar la moto al pringado este y a mí no?, Nián en ese momento dejó la moto en punto muerto miró a Cipriano, Cipri le tocó el hombro a Nián y le dijo: espérate aquí un momento, (él se quedó mirando como Cipriano se dirigía a Alex que era el que había gritado de los dos hermanos),sin decirle nada lo miró un instante y luego seguidamente le cruzó la cara de una ostia, luego le dijo a Nián: ¡venga coge la moto!, Nián metió la primera marcha y echó a rodar sin calar la moto, le gustó tanto que le cogió el truco en la primera vuelta, no se caló la moto ni se fue al suelo, cuando devolvió la moto a Cipri, le dijo Nián: ¡me ha gustado mucho, quiero una, quiero una!, la contestación de Cipri fue, mientras yo tenga la moto y me veas por aquí puedes pedírmela que te la presto y si alguno de estos dos tontos te dice algo o te hacen algo, me lo dices que yo me encargo de ellos, ¿vale chiquitín?...

Al día siguiente Nián jugaba en el campo de balonmano de su colegio fuera del horario escolar, Boris le encantaba juagar desde portería a portería chutando con los pies desde cualquier parte de su medio campo, pero no se podía utilizar las manos para parar el balón si entraba en portería, solo con las piernas, pecho, hombro y cabeza. El balón salió fuera del campo en un chute fuerte, y fue a parar a un campo de futbol normal, de arena rubia que estaba detrás del colegio, y cuando fuimos a por el balón, vimos a unos de los Mellis que estaba dándolo todo a una burra que había amarrada en una casetilla que no estaba terminada de construir, y claro eso fue impactante para Nián pero Boris no lo había visto. El Melli se dio cuenta que Nián lo había descubierto pero no podía quitarse de encima de la burra porque el momento era propicio, Nián llamó a Boris y lo vió, empezó a reírse y a gritarle:¡agarra bien a la burra, que no se mueva!, ¡burra, buuuuurra, arre burra!, la burra empezó a moverse y Boris y Nián a reírse, hasta que el Melli se despegó de la burra porque la tiró, vieron que tenía los calzoncillos bajados, (os podéis imaginar que es lo que estaba haciendo), el karma hizo justicia a la injusticia. Toda la barriada, al día siguiente ya sabía que es lo que estaba haciendo el Melli con una Burra en la casetilla donde iban los yonkis a pincharse.

Desde entonces los Mellis ya no le decían nada a Nián, venció a los abusos de los que se mofaban, pegaban, insultaban y reían de él. Se ganó a los amigos de los Mellis y al final se hizo amigo de chavales que le sacaban 10 y 12 años de diferencia. 

                                                                                               FIN