Empecemos por el principio. Desde mediados de los años 90 del siglo pasado, los centros de datos y más específicamente los servidores, empezaron a cambiar de forma significativa. Impulsados principalmente por el lanzamiento de Windows NT allá en 1993, así como también por las primeras versiones de procesadores Intel Xeon cinco años más tarde.
A lo largo de las últimas dos décadas, hemos visto la evolución de las capacidades en servidores, donde estos se terminaron de consolidar como uno de los principales pilares tecnológicos del mundo actual. Desde la masificación de Internet, el desarrollo del comercio electrónico, las redes sociales y recientemente los servicios “en la nube”. Sabemos que todo está en servidores, los cuales nos imaginamos como esas cajas negras, empotradas en gabinetes, con “leds” que apagan y prenden repetidamente, guardados celosamente en cuartos con el aire acondicionado más frío de todo el edificio.
Pues bien, algunas de esas cosas no han cambiado mucho, pero otras sí, radicalmente. Las cajas con luces “leds” siguen estando allí, pero ahora el número de servidores es mayor al total número de cajas que contienen los gabinetes ¿Cómo esto es posible? ¿Los servidores están escondidos? ¿Están en otro cuarto? No, los servidores siguen allí, pero no los podemos ver porque están virtualizados.
¿Y qué es la virtualización? La virtualización es el proceso mediante el cual se instala uno o más servidores virtuales en un servidor físico (generalmente llamado host o anfitrión). En otras palabras, es un software para simular hardware y de esta manera crear servidores virtuales.
En sus inicios las tecnologías de virtualización “emulaban” el hardware haciendo llamadas al sistema operativo del host. Con el pasar de los años las tecnologías han mejorado y el proceso de virtualización se ha optimizado, de manera tal, que el software de virtualización ejecuta directamente sobre el hardware físico (host), lo cual se traduce en mayor rendimiento y estabilidad.
La virtualización tiene muchas ventajas en comparación con el esquema tradicional de servidores físicos dedicados. Entre las que podemos mencionar están:
Economía de recursos de hardware (y de dinero). Al virtualizar se obtiene el mejor provecho del hardware, ya que las máquinas virtuales pueden ser configuradas con la cantidad exacta de memoria RAM, cantidad de procesadores y espacio en disco que sean requeridos para un servicio específico, siendo estos ajustables de acuerdo al crecimiento o disminución de la demanda.
Flexibilidad. Un servidor puede crearse en muy pocos minutos, sin necesidad de ubicar espacio físico ni de hacer conexiones de eléctricas y de datos. Las configuraciones del servidor y el disco duro virtual son archivos que se encuentran almacenados en el host, lo cual permite efectuar copias de seguridad muy sencillas, también puede usarse esta facilidad para migrar a otro servidor o instalar ambientes de prueba en pocos minutos. Se pueden efectuar cambios de hardware como agregar tarjetas de red, ampliar espacio en disco, agregar más procesadores y otros elementos, simplemente editando la configuración de la máquina virtual.
Multiplataforma. Dentro de un mismo host es posible instalar máquinas virtuales con diferentes sistemas operativos: Microsoft Windows, Linux, Unix, Mac OS, incluso algunas versiones de Android, entre otros. Instalar un determinado sistema operativo no “condena” al servidor a no poder ejecutar aplicaciones o servicios que ejecuten bajo otras plataformas.
Amable con el medio ambiente. La virtualización reduce el consumo eléctrico al utilizar un solo equipo que aloja muchos servidores. Simples matemáticas, más servidores más consumo. Del mismo modo disminuye la demanda de los sistemas de enfriamiento.
Algunas personas pueden preguntarse para que usar virtualización si puedo comprar un servidor con muchos procesadores, mucha RAM, muchos discos e instalar todo lo que se me ocurra allí. Pues bien, algunas de las ventajas de la virtualización, es que permite “aislar” los procesos propios de cada aplicación o servicio que se ejecuta en un servidor, de forma que estos no compiten con otros servicios y aplicaciones por los recursos (CPU, RAM, etc.).
Las nuevas tecnologías de virtualización como VMWare, Microsoft Hyper-V y algunas otras ofrecen a los administradores de infraestructura, características de alta disponibilidad que permiten a las organizaciones mantener la continuidad operativa, reduciendo las perdidas de dinero por servidores que fallan.
Las ventajas de la virtualización no solo se están aprovechando en la implementación de servidores. Cada vez es más común la Infraestructura de Escritorios Virtuales o VDI por sus siglas en inglés, principalmente por la reducción de costos de adquisición de hardware, la facilidad de instalación y la seguridad de la información.
Gracias por leerme, este blog también es tuyo.