La batalla de los sexos, al menos entre ciertos mamíferos oceánicos, puede deberse a pliegues cutáneos bien ubicados, sugiere una investigación de Patrica Brennan, bióloga evolutiva del Mount Holyoke College en South Hadley, Massachusetts, junto con colegas.
En algunas especies, el ajuste genital mejorado masculino-femenino ha evolucionado con el tiempo de maneras que facilitan el apareamiento. Este es un ejemplo de lo que los científicos llaman evolución congruente. En otras especies, la anatomía genital refleja una batalla, ya que la forma y la forma cambian con el tiempo para darle a un sexo una ventaja en el control de la fertilización. Oportunamente, esto se llama evolución antagónica.
La colaboración reciente de Brennan, que examina genitales de marsopas, delfines y focas, requería creatividad adicional. En estudios previos, su equipo utilizó solución salina para inflar penes preservados de pájaros, serpientes, tiburones y murciélagos. Pero los penes fibroelásticos duros de los cetáceos no se inflarían solo con solución salina. Entonces, su colaboradora, Diane Kelly, experta en biomecánica del pene en la Universidad de Massachusetts Amherst, sugirió presurizar la solución salina con un barril de cerveza.
"Nos miramos y dijimos: 'Esta podría ser la mejor o la peor idea que hemos tenido'", Brennan se ríe. Pero funcionó. Luego, los científicos crearon endovasiones vaginales con silicona dental e hicieron modelos matemáticos tridimensionales para examinar el ajuste entre hombres y mujeres. El equipo, dirigido por la mammalogista marina Dara Orbach de la Universidad Dalhousie en Halifax, Canadá, describió el trabajo en los procedimientos del 11 de octubre de la Royal Society.
Los resultados muestran coevolución tanto antagónica como congruente. En el modelo de vaginas de delfines comunes de pico corto (Delphinus delphis) y focas de puerto (Phoca vitulina), los penes no encontraron barreras físicas a la penetración.
Pero en las marsopas (Phocoena phocoena) y los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus), los científicos encontraron pliegues vaginales que podrían ayudar a las mujeres a ejercer su elección sobre los espermatozoides. Al cambiar sutilmente la posición del cuerpo durante el sexo, las mujeres pueden usar esos pliegues para disminuir la profundidad de penetración, lo que reduce la probabilidad de fecundación por enfermedades no deseadas, dice Brennan.
El trabajo de Brennan causó sensación a través de los años, atrayendo la cobertura de los medios y, en 2013, críticas. Los sitios web de noticias conservadores y trolls de Internet atacaron su investigación, calificándola de "gasto gubernamental derrochador". Sorprendido por la reacción, Brennan respondió públicamente con un ensayo en Slate argumentando que la ciencia básica avanza en la sociedad y es un uso válido y valioso de los fondos públicos. La experiencia la ha convencido de que los científicos deben defender la ciencia básica.
Nuestra capacidad para innovar se ve socavada sin la ciencia impulsada por la curiosidad, dice ella. Brennan ha desarrollado un programa de divulgación sobre ciencia básica y planea seguir expandiendo el conocimiento de los vertebrados genitales. "En todas las especies que hemos buscado", dice, "hemos encontrado algo extraño que nadie más conocía". Razón suficiente para seguir descubriendo.