Al Llegar A Casa, Era Otra Cosa

Este soy yo

Cuando vas de paseo en familia y pasas el día feliz con ellos, un pensamiento empaña esta alegría, tener la certeza de que al llegar a casa todo será distinto, y la alegría pasara a transformarse en gritos, ordenes y maltrato.

Mi papa usaba unas botas tejanas y cuando mi hermano y yo escuchábamos esos tacones con sus pisadas o llegaba reclamando y gritando, eso era terrible, él era un hombre fuerte que no miraba tamaño ni edad. Cuando escuchábamos esos gritos, las ofensas y corríamos a escondernos debajo de la cama, o montarnos en el techo de la casa. Quien se quedaba perdía, porque eso era como una piñata, durabas hasta días sin salir para que no te vieran los moretones.

El inolvidable padre

Eran días de felicidad cuando mi papa se iba a la finca por 7 días o más, en esos momentos eramos como reyes, libres de jugar, de reír y de compartir sin temores.

No juzgo a mi padre porque se que en él hubo mucho maltrato por parte de mis abuelos y fue así la forma que aprendió para criar a sus hijos. Se hizo padre muy joven, quería enseñarnos cosas buenas y formar hombres de bien, aunque con sus maltratos y gritos no se podía, si no entendías lo que quería decir, eran golpes, correazos, ofensas verbales. Ser hijo maltratado te marca la vida, hasta que un gran día me pregunté ¿qué hice para llevar tanto maltrato, como entenderlo, perdonarlo, sanarlo y no repetirlo?, son tantos recuerdos.

Estando de niño

Vivir todo esto, me llevó, ya siendo adulto a decirme que cuando tuviese mi familia no quería vivir lo mismo, repetir esta vida familiar, ni menos darle eso a mi pareja e hijos.

Olvidar estos recuerdos, nunca supe como hacerlo, pero por lo menos logre cambiar esta crianza y no usarla con mi hijo. Hoy en día, tengo mi único hijo y les digo no tengo paciencia, pero con él he aprendido como sobrellevar esos años de maltratos,

Ahora digo lo vivido me enseño muchas cosas y mi padre se que nos quería a su manera. Dentro de todo procuró enseñarnos la vida fuera de casa, nos llevo a viajar, nos aconsejo, nos dio su tiempo y cada fin de semana lo pasaba con nosotros llevándonos a sus actividades como el coleo. Lo que si lamento es que todo cambiara al llegar a casa.

El y yo aprendiendo juntos

Hoy, me toca a mi enseñarle a mi hijo y demostrarle que puedo ser mejor padre a lo que me toco.

Agradecido con @Rutablockchain y @bluemist por todo su apoyo

Las fotografías son del archivo personal del autor.

Gracias por estar allí.