UNA HISTORIA SOBRE EL SUICIDIO "LA PARTIDA"

in #relato7 years ago

Hola amigos! este relato corto pertenece a mi libro de cuentos "Crónicas desde el vacío" publicado en Amazon, espero que lo disfrutéis. https://www.amazon.es/Cronicas-desde-Vacio-cuentos-desdoblados/dp/1535100451/ref=sr_1_3?s=books&ie=UTF8&qid=1529864649&sr=1-3

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LA PARTIDA

Saúl lloraba amargamente en la soledad de su habitación. La culpa le atenazaba como un nudo corredizo; el mismo que acabara con la vida de Raquel hacía un año.
Recordó el momento exacto en el que le había dicho que se marchaba de casa, y el momento exacto en el que ella se rompió, y dejó de existir; primero figuradamente, sus ojos se vaciaron de brillo, y una semana más tarde concretamente, su cuerpo se vació de vida en un acto suicida.
Como si el cuerpo le otorgara una tregua necesaria, ya agotado de dolor, se quedó dormido.
Hubo un silencio, un flotar en un limbo indefinido, un horizonte sin línea, porque en los sueños todo es indefinido; y de repente, la presencia de Raquel se hizo como si nada. Estaba tranquila sentada a su lado, como pensando en el color de su ropa.
¡Saúl se alegró tanto de verla! La miró sin encontrar su cara, pero sabía que era ella. Le extrañó tanto su paz…
-¿Por qué lo hiciste? –Le preguntó dolorido.
-Estoy bien, deja ya de llorar –le contestó como sin drama. –Estás cometiendo el mismo error que yo –continuó.
-¡El error fue abandonarte! ¡Me siento tan culpable!
-No, el error fue creer que alguien puede abandonarme. Cuando en realidad fui yo la que me abandoné a mí misma. Te necesitaba como un adicto a su droga, y eso fue lo que me mató, no era amor lo que sentía sino pura necesidad. Pero ¿Y tú, porque te fuiste? –Le preguntó tranquila. Saúl no supo que decir –sé sincero, aquí no hay velo, porque no hay egos que defender, habla.
-Necesitaba otra cosa, y encontré a alguien que me hacía sentir más importante, pero ahora comprendo que era yo quien no me valoré a mí mismo, por eso busqué fuera lo que me negué dentro.
-Ambos buscamos aceptación y reconocimiento fuera –dijo ella -Pero te digo, que aquí todo se ve de otra manera.
No hay afuera, solo adentro, un adentro vacío, pacífico, perfecto, en el que todo encuentra su lugar sin hacer nada; porque nada hay que hacer, salvo ser lo que eres, como tú y yo, ahora, viviendo este momento que no existe, como si fuera más real que la existencia misma.

Ángeles Saloa