Matrimonio palabra que tiene su origen y confirmación desde tiempos bíblicos. La biblia cuenta la historia de Adán y Eva, dos personas que Dios mismo creó para que unieran sus vidas como pareja; no sabemos cómo serían sus vidas como pareja; pues el relato bíblico no precisa detalles; pero sin pensar mucho no creo que hay sido tan complicada. No tenían problemas de agua, de electricidad de transporte, de impuestos, de alquiler y mucho menos problemas de infidelidad de ambas partes. Creo que pudieron haber sido felices, pues tuvieron muchas cosas por hacer y por construir.
Pero hablemos del matrimonio contemporáneo; nuestra vida conyugal en la actualidad. Este camino recorrido junto a un compañero o compañera sentimental y de vida, dónde están abiertos dos caminos a escoger:
La agonía por así decirlo ocurre en cónyuges que se unen y hacen votos de compromiso con toda la plenitud de sus voluntades, y de repente llegan a una estación del sendero donde, lo que al comenzar era solo alegría, felicidad, comprensión y tolerancia. Se convierta de manera sigilosa y maquiavélica en una agonía con la dolencia desesperada de una muerte, pasiva y sin pausa de esa de esa unión que comenzó con fervor y fuego avivado de deseo mutuo. Luego de esto nos puede surgir esta sustanciosa pregunta ¿cómo dos personas que declararon amarse, ahora viven en un completo infierno que los arrastra a la total destrucción, y los mantiene viviendo en una prisión de total e inaguantable tormento? Qué triste cuando parejas, que quizás creímos que iban a continuar siendo felices, tanto como en su noviazgo; pero resultó todo lo contrario. Según León Toltos define matrimonio (1828-1910): “el matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si uno de los hace algún movimiento brusco, la barca se hunde”.
Por tanto; tanto el uno como el otro elemento de la relación son culpables de la estación sombría de matrimonio.
Autoconstrucción, engranaje infalible que necesite como eslabón indispensable el amor la unidad y el acuerdo para construir y reparar. El matrimonio debe ser un núcleo donde hay una triada que debe ser básica: el sentirse amado, sentirse protegido y sentirse comprendido. Esta triada es poca puesta en práctica sobre todo por parejas muy jóvenes, por la falta de madurez por eso hay una frase de un autor anónimo: cásate demasiado temprano y te arrepentirás demasiado tarde. A lo cual interpreto que no se debe tomar tal decisión por un profundo impulso por muy grande que sea. Bien porque empiezo esta segunda parte con autoconstrucción porque en un matrimonio todo está por construirse. La familia, el hogar, las nuevas decisiones, desde cosas tan sencillas como de qué color pintar nuestro cuarto, hasta cuantos hijos se van a tener (si planean tenerlos).
Hablemos de un punto de vista específico autoconstrucción económica y financiera, la biblia relata: y dijo Jehová Dios: no es bueno que el hombre esté solo le haré ayuda idónea para el. Y yo lo interpreto que no solo la mujer es ayuda para el hombre; también el hombre es para la mujer, en esto se basa la autoconstrucción de matrimonio. Por eso no ponga en poco el proyecto que su pareja le plantea de pronto está en ello la oportunidad de sus vidas; lo mejor de la construcción es que siempre hay un nuevo reto por asumir, siempre hay algo que formar. Y si se aplica esto en todos los ámbitos del matrimonio jamás y nunca la rutina visitará la puerta de esa unión.
Anímense, rétense ustedes mismos como pareja, innoven, creen, materialicen. No pierdan el fuego de su primera ves; el apóstol Pablo dijo: el amor nunca deja de ser.
No dejen que el matrimonio llegue a la muerte, en un próximo post les estaré hablando sobre un pequeño ejemplo de mi esposa y yo. Espero les agrade vivan su matrimonio a plenitud.
No estoy casado ni nada parecido pero gracias por la refleción.
espero que les sea de provecho a todos amigos