Zinedine Zidane sale malherido de la bochornosa eliminación de Copa de la misma manera que fue la sonrisa de la segunda edad de oro del Real Madrid. Toca cargarle la responsabilidad del fracaso, un desplome propiciado por algunos pecados capitales.Malgastó su capitalEl Madrid inició el año ganando las dos Supercopas. Redujo a cenizas al Barça. Había conquistado la Liga y las dos últimas Champions. Tenía un estilo reconocible con Cristiano renacido, un centro del campo admirado y las virtudes de siempre: una vocación extrema por la victoria, un espíritu indomable y una fiabilidad absoluta en las finales. El cielo fue el segundo tiempo de Cardiff. Pero se fue precipitando desde la cima del mundo. Y el primer gran error ha sido dilapidar con dos o tres malos resultados en LaLiga el enorme capital anímico y futbolístico con el que arrancó la temporada mientras su gran rival, el Barça, se rearmaba tras un verano de cataclismo en cataclismo por la salida de Neymar.Error de conceptoLa confección de la plantilla ha sido un disparate. Y es cosa de Zidane, que enfermó de éxito, por ser un optimista enfermizo. Claro que no quería que se fuera Morata. Pero se fue. Y James, con el que tampoco conectó del todo. También le puso la cruz en su día a Pepe. No vino Mbappé para proteger el ecosistema del vestuario, las jerarquías. Paralizó otra vez el fichaje de De Gea y la apuesta por el talento joven está bien en un club sin las urgencias del Madrid, que pone su contador a cero cada año. Ceballos, Theo, Llorente, Mayoral... Eran buenas adquisiciones, pero Cristiano tenía razón. La plantilla es mucho peor. Se debilitó. Archaf ha hecho divino a Danilo. Ver para creer.TozudezPero Zidane, que tiene un apego extraordinario a su vestuario y que puede sentirse ahora algo traicionado, creyó que podía hacer las mismas cosas en distintas circunstancias y con diferentes jugadores. Lo del plan A y el plan B ocurre una vez en la vida si tienes una plantilla como la de la temporada anterior y una dinámica positiva. En esta campaña esa fórmula mágica no valía. El resultado ha sido un equipo que ha perdido la Liga y otro que ha tirado la Copa con Zizou al frente de los dos. La solución era mezclar jugadores poco a poco, no a granel.InmovilismoPorque Zidane no ha dado el paso de la gestión de personal a la toma decisiones como entrenador, ni a la hora de confeccionar alineaciones ni durante los partidos. ZZ fue justó lo que necesitó en su día el Madrid para domar a sus estrellas, hartos del método Benítez. Y sacó un sobresaliente. Ocho títulos en tiempo récord. Pero en esta temporada ha conseguido una cosa muy complicada: apostar por futbolistas que no merecían jugar, por bajo estado de forma o porque no tienen nivel, y devaluar a los que sí estaban llamados a ser más o menos importantes. El hincha madridista no sabe por dónde puede preocuparse más: por el estado de Asensio e Isco, por el rendimiento de Achraf, Casilla, o Llorente, que sí han tenido minutos, por la apuesta permanente por Benzema hiciera lo que hiciera, por las lesiones de Bale, por la falta de gol... Se habla de si Ceballos es feliz o no. Llegó como MVP de un Europeo sub 21 donde jugaban Asensio, Saúl, etc. Muchas veces no fue ni convocado.CuadriculadoZidane decidió ir por un carril y nadie le sacará de allí. Con la Liga perdida, decidió rotar para la Liga. Es cómico. Sabiendo que el equipo B ha jugado mal o muy mal en cada partido de Copa pese a la supervivencia en las eliminatorias, decidió redoblar la apuesta. Cristiano no hubiera podido jugar por el golpe del ojo, pero no tener en el banquillo a Bale o Marcelo por si la noche se torcía fue un error de bulto. Después, en el partido, esperó hasta el minuto 60 para hacer los cambios, como siempre. Ocurra lo que ocurra hace lo mismo. Y no siempre elige bien, como ayer con Isco, que estaba jugando mal, pero un genio puede hacer una genialidad de la nada. Debería reflexionar al respecto.Irresponsabilidad Porque la eliminación es una debacle en muchos sentidos Al Madrid le eliminó el Leganés, que remontó en el Bernabéu. Y no hace falta decir más. Sin opciones en la Liga, estaba a tres partidos de la final, de pelear por otro título, el único que le queda por ganar de los que ha competido Zizou. Pero no se lo creyó. Garitano, que pudo haber sacrificado el partido pensando en que su objetivo es la permanencia, tuvo más ambición. La Copa era un objetivo prioritario para adecentar la temporada del Madrid. Pero Zidane, en vez de asegurar la clasificación, confió de nuevo en un equipo B que no había funcionado. Una temeridad, una torpeza mayúscula. Sin créditoAhora se lo juega todo a una carta, la del PSG. Aunque la mística de la Copa de Europa y el Madrid juegan a su favor, sabe que el reto es muy complicado y que ya no tiene red. Él mismo ha ido haciendo agujeros. Ha sido muy feo lo de Kepa a ojos del club. En aras de proteger a su plantilla ha abortado un fichaje estratégico de la institución. Paralelamente confía en Casilla que no para ni una. Ha perdido valedores por el camino. Y ahora afrontará la toma de decisiones con más tensión que nunca. ¿Alguien recuerda un Madrid de vacaciones en marzo?
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