El relato de esta historia se origina en una pequeña aldea la cual, no recuerdo su nombre por mi edad, pues sí ahora soy una anciana, evocando ese ayer en que fui niña, bueno no les pienso relatar toda mi infancia, al contrario, es la historia de un joven apuesto que a más de una enamoro…En fin… resumidamente, el joven lo que tenia de apuesto lo tenia de mañoso, conquistaba a más de una jovencita rica para entrar a sus casa y dar el visto bueno a cuenta riqueza observara a su alrededor. Por las noches entraba cauteloso como todo gato negro a robar las alhajas, cuadros y demás posesiones de valor, para luego vendérselas a ciertos mercaderes que las rematarían en el mercado negro.

Así pues anduvo por la vida mucho tiempo, fingiendo ser un muchacho noble y honesto cuando en realidad era un vil ladrón. Un día se mudaron al pueblo una familia muy adinerada, la jovencita de la familia era una muchacha muy extraña, al parecer tímida y sumisa pero con algo de misterio…

El gato por así decirle a este joven que no recuerdo tampoco su nombre, estuvo muy pendiente de ver todo lo que bajaban de la mudanza, todos los jarrones, espejos enmarcados con la madera mejor tallada y más cara que sus ojos podían ver, cuadros de reconocidos pintores y, sobre todo lo que a sus ojos más impactaron era una llave de oro con piedras incrustadas que la joven misteriosa tenia colgada en su cuello con el más grande orgullo, pero también había algo más en la carreta donde se realizo la mudanza, algo tapado con una manta con el más grande de los misterios de esa joven, ella se encontraba pendiente en que nadie lo viera, pero mis ojos y los de “el gato” pudieron apreciar lo que era al momento que su manta se corrió; un baúl totalmente de oro, con piedras empotradas que formaban el mejor de los mosaicos, con una imagen de una joven hermosísima, igual a la dueña del baúl pero con más esplendor, quizás por las piedras preciosas o porque la dueña del arca se encontraba fatigada del viaje.

El gato estaba maravillado ante tal majestuosidad de oro, se ofreció en ayuda e humilde contribución (fingiendo de lo mejor), bajando la mudanza. Sucede entonces que en la noche el gato planeo un plan para entrar en la casa, la cual se encontraba resguardado por muchos criados y guardias. Su propósito a toda costa era ese baúl de oro, ningún otra cosa de valor en la casa, no era tanto por la cuantía sino por la curiosidad que le causaba el mismo; lo que dentro de este podría encontrar, podría poseer más valor aun que el mismo baúl repujado en riquezas .

Pasados tres días pensando en su plan, ya su mente estaba llena de variadas ideologías para llevar a cabo la ejecución de este. En fin, a lo lejos yo de niña, ¡muy chiquita y tierna por cierto!, recuerdo esa noche con petricor, ese olor cada vez que lo siento, me lleva a ese momento. Si hubiesen observado como se salto el muro sin ser visto, subió al techo de la casa y entro a una de las habitaciones como un verdadero gato trepando. Yo lo quise igualar, pero siendo niña eso se ve muy feo ante los ojos de las personas mayores, igual no le preste a eso mucha atención y trepe el muro, aunque cuando caí me di un mal golpe; perseguí al gato a donde quiera que iba sin perder su rastro dentro de tan grande casa, sin ser vista.

Nos encontrábamos en el sótano yo escondida, viendo cada uno de sus cautelosos pasos. Mirando a su alrededor el gato se aproximo a la esquina del sótano tomando una vela para encenderla con una cerilla extraída del bolsillo de su camisa, una vez alumbrado el lugar se dispuso a observa a su alrededor, cuando de repente sus ojos se iluminaron de satisfacción. El baúl ha sido encontrado por gato, quien de inmediato procedió a abrirlo y no pudo, por faltarle la llave, se dirigió a una de las habitaciones, en ella se encontraba la joven que poseía la llave en su cuello cuando estaban bajando las mudanzas. Estando aun dormida la llave estaba en su pescuezo para mi asombro, que ni para pernoctar se la quito.

En fin, para cortarles la historia, logro despojarla con sumo cuidado de la llave a la joven, ella se sonrió, pude notarlo me pareció medio extraño, pero pensé que estaba soñando con algún enamorado. El gato se dirigió de nuevo al sótano y teniendo la llave en mano procedió a abrir el baúl con emoción e intriga de saber lo que habría allí dentro, eso percibí de su rostro. Al igual estaba intrigada en saber lo que allí se encontraba, cuando al abrirlo...

Comprendí el porqué de la sonrisa de la joven en el rostro, “la curiosidad mato al gato” eso concluí en mi infancia, lo dejo a la imaginación de cada quien lo sucedido, porque ni yo en mis últimos días de vida me atrevería a revelarlo por tan terrible e inefable que es…

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