Y todas en un unísono alerta, se apartaron… reacción natural de los que saben que los chipos transmiten un hemoparásito protozoario denominado Trypanosoma cruzi que produce una enfermedad denominada Mal de Chagas. El parásito fue descrito en 1909 por Carlos Chagas en Brasil y Tejera-París en 1919, describe el parásito tanto en el vector como en el humano en Venezuela.
Los chipos, chupones, vinchuca negra, pito o barbeiro son insectos triatominos hematófagos de hábito marcadamente nocturno. Los cuales se alimentan de sangre para su completo desarrollo. Sus hospederos son animales vertebrados y raras veces otros artrópodos. Pero solo los mamíferos constituyen los reservorios de la enfermedad, incluyendo al hombre. Al lograr posarse sobre el cuerpo del humano, busca las regiones de la cara y pica cerca de los ojos o la boca y se toma todo su tiempo para alimentarse, pues la persona no siente la picada al momento, al mismo tiempo, deposita sus heces contaminadas con el parásito y se aleja caminando, ya que, por el peso de su cuerpo lleno de sangre, no puede volar. Como la picadura, al rato, causa picazón la persona se rasca y así el parásito presente en las heces del chipo penetra al torrente sanguíneo por la herida de la picadura o por las mucosas.
Varios son los tipos de chipos involucrados en transmitir la enfermedad de Chagas entre ellos los más importantes son Rhodnius prolixus, Triatoma maculata y Panstrongylus geniculatus. El visitante de nuestro Laboratorio es un Triatoma maculata.
En Venezuela, se ha reportado a Rhodnius prolixus (Stâl, 1859) como el principal vector responsable de la transmisión doméstica y como vectores secundarios a Triatoma maculata (Erichson, 1848) y a Panstrongylus geniculatus (Latrielle, 1811) por su hábitat peridoméstico y silvestre, encontrándose generalmente en gallineros, criaderos y cerca de las viviendas en el medio rural, (Tonn et al., 1978; Sánchez-Martin et al., 2006; Feliciangeli et al., 2004).
Entonces, siendo Triatoma maculata un vector con hábitat peridoméstico y silvestre ¿Cómo es que los conseguimos en nuestro laboratorio? Pues este fenómeno es cada vez más común por lo que pareciera que estos insectos están sufriendo un proceso de adaptación, los chipos viven en zonas boscosas o rurales, pero debido a cambios climáticos, deforestaciones e incendios forestales están migrando hacia las ciudades y buscando nuevos lugares donde esconderse, vivir y poder obtener su alimentación.
Ahora bien, ¿Qué podemos hacer si encontramos un chipo? Si sabemos que nos picó y donde nos picó, tratar de no rascarnos, si no mas bien, intentar colocarnos cloro, alcohol o vinagre si el sitio lo permite. Si el sitio es cercano al ojo, lavar con abundante agua en dirección contraria al sitio donde vemos la herida; si logramos capturar al chipo colocarlo en un frasco de compota y taparlo haciéndole pequeñas aberturas u orificios en la tapa y trasladarlo a institutos o centros de investigación especializados, donde podrán analizar las heces del chipo y te podrán informar si está infectado o no con el protozoario Trypanosoma cruzi.
Si, por el contrario, lo agarramos con nuestras manos y se pueden observar sus heces o defecación, evitar llevarnos los dedos a la boca, mucosas y tratar de lavarnos muy suavemente con cloro y jabón. Por otra parte, también pudiéramos conseguir el chipo defecando sobre frutas por lo que es recomendable lavar muy bien las frutas antes de consumirlas y si es posible retirarle la concha siempre que se pueda.
Bueno amigos, hemos dicho bastante sobre el chipo y las formas de evitar infectarnos con el parásito que transmite y nada sobre la sintomatología del mal de Chagas la cual consta de una fase aguda y una crónica. La fase aguda se caracteriza por presentar el signo de Romaña (inflamación de parpados), además de síntomas generales como fiebre, mialgias y cefalea o dolor de cabeza, pericarditis y miocarditis y arritmias.
Para la mayoría de los infectados la fase aguda pasa inadvertida. La fase crónica, ocurre con lesiones que afectan a órganos internos principalmente al corazón y dependiendo de la especie de parásito, también afecta esófago o colon, y sistema nervioso autónomo. Tras varios años de infección asintomática, del 20% al 30% de los casos infectados presentan manifestaciones cardíacas (que pueden producir muerte súbita), del 5% al 10% lesiones del aparato digestivo (megavísceras) y los pacientes inmunodeprimidos presentan afectación del sistema nervioso central (Díaz-Suarez, 2009).
En Venezuela, en los últimos años, se han dado brotes de transmisión oral de esta enfermedad, y se ha determinado que posiblemente el jugo de frutas contaminado con chipos o excremento de este, fue, el vehículo por el cual se diseminó el parásito tan rápido y entre tantos individuos. Por lo que debemos tener mucho cuidado con lo que comemos. Cuando la transmisión de Chagas es oral los síntomas se presentan de manera contundente, el paciente puede desarrollar una miocarditis severa y el cuadro es de alta mortalidad, dependiendo de la edad del individuo afectado.
Si quieres saber más sobre el tema puedes consultar las siguientes referencias
- Suarez, 2009. Enfermedad de Chagas: reemergente o desasistida. Invest Clin 50(4): 415 – 418.
- Feliciangeli D., Carrasco H., Patterson J.S., Suarez B., Martínez C. & Medina M. (2004). Mixed domestic infestation by Rhodnius prolixus Stâl, 1859 and Panstrongylus geniculatus Latreille, 1811, vector incrimination, and seroprevalence for Trypanosoma cruzi among inhabitants in el guamito, Lara state, Venezuela. Am. J. Trop. Med. Hyg. 71: 501-505.
- Moncayo A. Chagas disease. En World Health Organization. Tropical disease research, progress 1991-1992. Geneva: WHO. 1993; 67-75.
- Sanchez-Martin M. J., Feliciangeli M. D., Campbell-Lendrum D. & Davies C. R. (2006). Could the Chagas disease elimination programme in Venezuela be compromised by reinvasion of houses by sylvatic Rhodnius prolixus bug populations? Trop. Med. Int. Health. 11: 1585-93.
- Tonn R., Otero M., Mora E., Espinola H. & Carcavallo R. (1978). Aspectos biológicos, ecológicos y distribución geográfica de Triatoma maculata (Erichson, 1848), (Hemiptera, Reduviidae), en Venezuela. Bol. Dir. Malariol. San. Amb. 18: 16-24.
- Tejera-París E. La tripanosomiasis Americana o Enfermedad de Chagas en Venezuela. Gac Méd Caracas, 1919; 26:104-108.
La foto fue tomada en el Laboratorio de trabajo.
Cámara: Sansung Galaxy express 3.
Hola @vidaparasita, cuando leí el título casi me caigo del susto cuando dices raro y bonito, al darme cuenta que era un chipo. Jajaja. Buena manera de comenzar, bien orientada la información, sobretodo cómo prevenir la infección y qué hacer. Saludos.
Hola @endopediatria, es esa belleza que solo nos gusta a los parasitólogos, jejeje, mientras otros se espantan, nosotros hacemos ojitos de corazón. Gracias por tu apreciación.
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Gracias, estoy emocionada!
Me encanta leerte y me gusta ver tu crecimiento, me hace muy feliz. Tus temas siempre son muy interesante. Si pudieras hablar de la contaminación del agua sería genial, pero también me interesa del animal que contamina a la perrarina y que invade las casas. Estaré pendiente. Felicitaciones @vidaparasita
Buena vibra.
Gracias @angelica7, que bueno si yo tambien estoy contenta por ir avanzando,los dos temas que propones son buenos tomare nota
Que interesante información, no sabía que la picadura no necesariamente, tiene que producir la enfermedad, haciendo el estudio a las heces del animal es que se puede determinar. Gracias! Hay que capturarlo entonces, para saber...
Asi es porque te puede picar un animal que no este infectado o te puede picar uno que este infectado pero si no te rascas las probabilidades de que el parasito de las heces pase a la herida son menores.