Aunque Abraham Lincoln señalaba que el mundo no ha tenido nunca una acertada definición de la palabra libertad, y justamente ahora el pueblo americano necesita mucho una. Todos nos pronunciamos por la libertad, pero cuando usamos la misma palabra no le damos idéntico significado. Sin embargo, F. Hayek, definía la libertad como la ausencia de coacción en el hombre, es decir, el no sometimiento del hombre a las acciones de otro hombre o grupo de hombres.
En la actualidad podríamos entonces definir que la libertad individual no es un “derecho político” o “derecho constitucional” que un gobierno por bueno te da o por malo te quita, la libertad es un derecho inherente del ser humano; por eso ha sucedido en muchas épocas que las generaciones, aún sin conocerla, se rebelan y luchan por alcanzarla.
En otras palabras, la libertad es hacer aquello que te dé la gana siempre que respetes el espacio de terceras personas, es decir, no vulnerar los derechos individuales de otros.
Ahora, ¿cuál sería su diferencia con el liderazgo?
Partiendo de que el liderazgo es el reconocimiento que tienes frente a los demás individuos por tus capacidades, inteligencia y desenvolvimiento -positivo- en determinadas situaciones, en distintos espacios y sectores, y no el hecho de la manipulación de masas bajo el chantaje y la fuerza coercitiva y/o coactiva; podemos deducir que aunque se puede contar naturalmente con éstas características ya mencionadas, sin necesidad de medirse en una contienda electoral, no siempre se cuenta con la libertad de poder ejercer nuestro liderazgo.
Son cosas distintas. Se puede disfrutar de la libertad aunque no contemos con liderazgo, así como se puede contar con liderazgo y tener la libertad de elegir si poder ejercerlo o no. Pero existen los escenarios que aunque contemos con un liderazgo innegable, no contamos con la libertad de ejercerlo, puesto que se está bajo el sometimiento de otra persona, o de un grupo de personas.
Es decir, ¿quien posee liderazgo no posee poder?
No siempre. Tal sucede en regímenes totalitarios, donde hay quienes poseen la legitimidad, el carisma y la dedicación como servidores públicos, y que a pesar de que la sociedad los identifica como líderes natos, sin embargo por no contar con garantías a sus libertades individuales, tanto civiles, económicas, como políticas, éstos suelen cohibirse, callarse e incluso pueden hasta ser encarcelados o asesinados, sólo por ser las voces y defensores de ideas contrarias a aquellos que mantienen poder absoluto.
¿Cómo podría entonces relacionarse la libertad, el liderazgo y el poder entre sí?
Ayn Rand decía: “Si uno está a favor de la libertad, tiene que estar a favor de los derechos individuales del hombre; si está a favor de los derechos del individuo, ha de estar a favor de su derecho a su propia vida, a su propia libertad, a perseguir su propia felicidad...”
En libertad, a través del liderazgo podemos alcanzar el poder para desde allí poder lograr las transformaciones que nosotros queremos para nuestra sociedad.
A medida que los líderes que alcanzan el poder, respetan la libertad y dignidad de cada individuo, más crece y avanza la sociedad.
Así se han dado los cambios y avances en Occidente más o menos desde el siglo XIX; una vez que le fue respetada la libertad de poder ejercer sus ideas, fue lo que dio resultados a lo que hoy tenemos como el motor a vapor, la orquesta sinfónica, el periódico moderno, el petróleo, el automóvil, la cirugía de corazón abierto, la computadora, que al final termina siendo un beneficio para todos y no sólo para un grupo.
Estoy segura que en Venezuela, si trabajamos por una sociedad libre, educada, con ética y valores, que entienda que un líder no es un mesías con poderes ilimitados, sino que es sólo un servidor dispuesto a trabajar junto a nosotros para hacer de éste un país rico de verdad; aquel donde nuestras ideas y sueños sean respetados y no tengamos temor de poder hacerlos realidad; en ese momento entonces creceremos, avanzaremos y nos empoderaremos como lo han venido haciendo las grandes potencias del mundo.
“La libertad es el estímulo que da vigor sano y actividad fecunda a las instituciones sociales.”
Andrés Bello.
tema totalmente controversial. Muy bien explicado
Así es, abierto al debate. Gracias, amiga. :)
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