Llenaste mis anhelos, como a Enero la lluvia.
Me conmuevo de repente si pienso en cómo suena tu voz.
Paso mis dedos por tu rostro de pan.
Y tus hombros enredados se sienten como primavera.
En la sola quietud de estos días, te amé tanto, tanto te soñé, lluvia mía,
A hora sólo te pienso con amor de besos guardados, en el enardecido sitio que, como a mí, olvidaste.
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