Jean-Michel Basquiat

El frío ajustado a la piel
como un vestido de invierno.
El cuello ceñido
por las pesadillas que rondan
en busca de un cuerpo para poseer.
Las nubes engullen manadas de aves negras que caerán como lluvia,
las hormigas beben la sangre,
el perro frío olfatea los huesos deshabitados.
La noche llega y reclama
abrázame
tus hermanos te rodean
sienten el mismo frío
los despierta el mismo espanto
son el mismo pueblo con hambre.

Yo estaba sentado sobre la miseria
sobras de la calle
algunos la pisan y luego son perseguidos
como perras en celo.
Contemplaba el espectáculo
o el circo
o la tragedia
de unos patéticos actores
en el escenario donde la carne sí se rompe y sangra.
Al animal enjaulado socavar su furia
dormir en las fauces de su respiración bestial.
Espera la hora del almuerzo
¡Ay! del que esté cerca
garras y dientes en la danza de la barbarie.
La vibración de la presa a punto de ser despedazada.
Disparos,
pero el hambre no se mata
extiende sus huesos fuera de la piel.
Toca la puerta
¿Recuerdas los diálogos?
La bestia duerme en nuestro pecho.

Rompa el vidrio
agarre lo que pueda
¡Ahí está la guardia!
¡Maldita sea!
¡Corran!
¡Corran!
Doscientos años de libertad.
¡Bolívar!
¡Bolívar!
¿Dónde está la moral y la luz?
El siglo XXI se nos cayó.
¡Recojan la bandera de Miranda!
Del suelo al subsuelo.
¡Levántate cobarde!
«¿Tienes miedo? ¿No quedan ya enemigos?
¡Vuelve y hazte matar!»
«Mi general, vengo a decirle adiós,
porque estoy muerto.»
¡Oh, heridas!
En este país, Casas muertas,
Puros hombres, Ídolos rotos,
Cuentos grotescos, Lanzas coloradas,
la Doña de Gallegos.
«¡Bochinche, bochinche!…»
El cuero seco que se levanta por un lado si lo pisas.
Mantengan la calma y la cordura.
Hijos del petróleo.
Haremos que la naturaleza nos obedezca.
Bajaremos tranquilos al sepulcro.
Gloria al bravo pueblo golpeado.
¡Abajo cadenas!
¡Abajo bombas lacrimógenas!
¡Abajo!
¡ABAJO!

¿Dónde está la moral y la luz?

«Moral y luces son nuestras primeras necesidades.» Simón Bolívar

«¿Tienes miedo? ¿No quedan ya enemigos?
¡Vuelve y hazte matar!»
«Mi general, vengo a decirle adiós,
porque estoy muerto.»

Diálogo sucedido, según Eduardo Blanco en Venezuela heroica, entre Páez y Pedro Camejo durante la Batalla de Carabobo antes de que éste muriera.

En este país, Casas muertas,
Puros hombres, Ídolos rotos,
Cuentos grotescos, Lanzas coloradas,
la Doña de Gallegos.

Libros destacados de la literatura venezolana. Con la Doña de Gallegos me refiero a Doña Bárbara de Rómulo Gallegos.

El cuero seco que se levanta por un lado si lo pisas.

«Venezuela es un como un cuero seco: si lo pisas por un lado por el otro se levanta.» Antonio Guzmán Blanco sobre las comunes rebeliones durante el siglo XIX.

Mantengan la calma y la cordura.

«Calma y cordura» fue la premisa inicial del gobierno de Eleazar López Contreras luego de 27 años de dictadura gomecista.

Haremos que la naturaleza nos obedezca.

«Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca.» Frase atribuida a Bolívar luego del terremoto de 1812.

Bajaremos tranquilos al sepulcro.

«¡Si mi muerte contribuye á que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro!» Última proclama de Bolívar.

Gloria al bravo pueblo golpeado.

Gloria al Bravo Pueblo, Himno Nacional.

¡Abajo cadenas!

Primera estrofa del Himno.

Este último poema fue escrito en un tiempo de continuas protestas, represión y muerte; de ahí su estilo desordenado y caótico, como un grito de rabia.

Fin de Primera muerte.