Abandono mi mente
si haces renacer mi gusto
en la fusión de tus tejidos…
Podría también,
desprender todo:
someter el apego
del misterio interno,
inmutar la pregunta
o enjuiciar la duda…
Si tanto ya habré dado,
beso indescifrado;
no merezco la gloria…
después de encontrar en ti
lo degustado en tantas bocas.
Si él me lleva a bocanadas:
tiempo sin tregua
de mi sutil pena…
Apuesto ser átomo en tu nada,
sin búsquedas del juicio perdido
aunque las respuestas me sean dadas.