se agota poco a poco sin hacer ruido.
Pasan los años y los minutos se convierten en horas y las horas en días,
hasta que llega el momento en que nos damos cuenta de lo necios que hemos sido por haberlo perdido.
Tarde ya es para mí, y por eso lloro todos los segundos que malgasté.
Ya no hay vuelta atrás, ni opción de recuperar lo perdido,
por eso el tiempo que te queda y que nunca más tendrás,
aprovéchalo y construye un recuerdo intenso que te acompañe hasta que tu tiempo se agote.