-Buenas noches a la noche que corrige al redactar mi mala manera de comenzar con el desahogo de hoy. Y si ella se calca de la risa que llevo ahora, entenderé que al menos esta dispuesta a escuchar-
Y con una carcajada tranquila tratare de poner mi lado más poético en este comenzó, así que disculpa si no nací para esto pero la única escusa que encuentro para usted, es que no puedo entender otra manera de soltar pensamientos que el sencillo hecho de mostrarme sin magia y encontrarla en el lugar más correcto, como lo eres tu.
Hipotéticamente hablando de todo lo hablado contigo además de que siempre sabrás escucharme ya que eso no es porque quieras, si no porque eres la metáfora más cercana a lo que creo que es un buen momento para hablar con nadie y registrar pensamientos que juegan en lo extenso de una acolchonada mente como la mía, pues tú tienes la virtud de que mi pensar pueda saltar desde muy alto sin tener que lastimarse.
Hoy te convierto en persona porque rayas a cada una de mis etapas como lo mismo y prediciendo lo incorrecta que puedes ser, si no se encuentra una buena manera de controlarle. Pero sin negarte lo ingenioso que soy contigo, para aflojar barreras que sinceramente he decidido cruzar ¡Y he cruzado! Como con todas aquellas con las que he tenido el placer.
Aunque he madurado sabiendo no solo lo que tengo que hacer por ti, si no también he ido ahorrándome el tiempo que bien también puedo perder, usando frenos de sabio y dejándome llevar cuando realmente el buen provecho, no solo a ti y a mí se nos presenta sencillamente agradable.
Puedo preguntarte por un permiso que no necesito pero que de igual manera te pido, puesto que en el idioma que compartimos hay un espacio usado por la suerte que debe de estar allí… Entre una y otra palabra.
Dándome tiempo para decidir si dejarme llevar por la culpa o culparme por no hacerlo.
Pero todo depende de que tan buena seas para mí, porque mi vida ha sido una larga y tediosa conversación contigo y es que casi todos sabemos, que también eres una asesina de sueños. Aunque muchas veces por algún mal motivo o por un buen momento eres capaz de llevarnos adonde sea sin miedo a preguntar si realmente nos interesa esa gloria que eres tú para nosotros.
Te he querido con la que he querido, te puedo seguir queriendo si sigo conservando con esa gran idea de tenerte cuidado y descuidarme cuando lo correcto, sea antes que “ellas” el primer fruto que comer.
Sabes que te estoy hablando a ti, siempre te he hablado a ti. Usted la que siempre me ha regalo mis mejores culpas, junto con mis mejores risas...
Eres tú, la tranquila tentación.
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