Cuando eres una pequeña parte del alma del otro, encontrarte es encontrarla.
Por eso no dejo de encontrarme. En la risa de las flores, en las margaritas de la primavera.
En aquellas flores, amarillas, aún te encuentras, aún me encuentro.
En el perfume de cada uno de los aires de nuestra vida, nos encontramos.
Uno es parte del otro, como Adán y Eva lo fueron alguna vez, como hoy día
El sol y la luna lo son. Por eso no tengo miedo.
Sé que estás presente, sé que estás allí,
sé que, de algún modo u otro, te puedo sentir…
No necesito observar para verte ni percibir para sentirte. Todo me lo da
La felicidad y la inocencia de la niñez en la cuál yo vivo, me abrigo
Y me acuerdo de ti.
Cuando eres una pequeña parte del alma del otro,
Encontrarte es encontrarla. Y este día,
Yo me he encontrado.