Algunas veces solo queremos volar sin motivos, sin excusas,
Pero todo vuelo tiene un nombre, un por qué,
Todo vuelo existe por un otro.
Cuando emprendes tu vuelo y comienzas a verlo todo desde arriba,
Es que ves el nombre detrás del hombre que te inspiro a volar,
Es que entiendes por qué corres, de qué huyes.
Y por un instante deseas volver a soñar en la tierra,
La tierra que te enseña que nada de lo que aprendas te hará olvidar,
Que no importa cuánto corras, que no importa si cruzas el mundo en busca de borrarlo todo,
no lo lograras.
Pero si algo te enseña esa tierra es a ser fuerte y aterrizar.
No importa el vuelo,
lo que importa es que te descubres en medio de nubes y sueños de colores que no son más que mierda para entender
que lo que paso atrás,
de lo que estas huyendo,
jamás se borrará.
Y no importa a dónde vas,
lo que importa es que siempre volverás,
y al volver debes entender que los mejores momentos los vives por las personas que te dejaron en el pasado,
esos que te hicieron ver al futuro.
Por eso tengo que agradecerte,
porque al no darme nada,
me haz dado el mejor momento de mi vida.