Tengo un sueño, o tal vez más; algo por lo que me levanto cada día y medito cada noche.
Algo por lo que canto, por lo que escribo, por lo que llegué aquí.
Por lo que dejé el amor; mi familia, mis amigos y algún amante atrás.
A veces todo es penumbra y el día tiene más de 28 horas.
Pero hay días de glorias, de dichas, donde ese sueño se ve más cerca.
Por esos días sigo viva y sin desistir. Parece lejos, pero no un imposible.
Lo único que quiero es que los que creyeron en mi tengan suficiente vida para verme lograrlo; ese es mi sueño.
A mi abuela, que ya no podrá verlo.
A Elidia, porque todo lo mejor de mi se lo debo.
GRACIAS.
Somos el legado viviente de quienes nos dieron la vida y nos acompañaron, por ello debemos comportarnos al máximo siempre y trabajar incansables por conseguir la grandeza en lo que sea que hagamos, se lo debemos pues todo padre quiere que su hijo sea mejor que el. muy bonito tu mensaje.