El enigmático y controvertido antropólogo norteamericano, Carlos Castaneda, cuya vida y obra navegan por derroteros imprevistos y suspicaces, según sea la naturaleza de los críticos que la valoran o la condenan, consideraba a la ensoñación como un Arte.
[The enigmatic and controversial North American anthropologist, Carlos Castaneda, whose life and work navigate unforeseen and suspicious paths, depending on the nature of the critics who value or condemn it, considered dreaming as an Art].

Lejos o no de creer a pies juntillas todas y cada una de las supuestas enseñanzas del brujo yaqui, Don Juan, lo cierto, bajo mi punto de vista, es que podríamos considerar a la ensoñación como un Arte al alcance de las masas, tal y como lo definirían pensadores como el español Ortega y Gasset.
[Far or not from believing at face value each and every one of the supposed teachings of the Yaqui sorcerer, Don Juan, the truth, from my point of view, is that we could consider dreaming as an Art within the reach of the masses, just as as thinkers like the Spanish Ortega y Gasset would define it].

Y visto así, esos momentos de plácida lucidez, donde en apariencia un simple paisaje bucólico puede llegar a engendrar hogueras en el alma, no deja de ser, en el fondo, uno de los infinitos guiños con los que Naturaleza intenta recabar nuestra atención, apuntando sus metafóricos dardos, cual perseverante Cupido, a unos corazones, que por desgracia, no siempre son partidarios a dejarse seducir.
[And seen like this, those moments of placid lucidity, where apparently a simple bucolic landscape can engender bonfires in the soul, does not stop being, deep down, one of the infinite winks with which Nature tries to attract our attention, pointing his metaphorical darts, like a persevering Cupid, to hearts that, unfortunately, are not always in favor of being seduced].

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