El Colosseo sigue siendo uno de mis lugares favoritos. Cuando uno está frente a él, te da la impresión de ser demasiado grandioso como para existir. Da la impresión que nuestra mente juega con nosotros y no hace verlo. Es por esto, quizá, que sentimos la necesidad de acercarnos y tocarlo. Si no lo tocamos, no es real.
Fotografía tomada con un Samsung s6 edge.