Cuando somos bebés todo el mundo tiene que ver con nosotros, tanto así que todos quieren formar parte de tu entorno para ayudarte a caminar. Luego cuando vas creciendo te vas dando cuenta, como esas personas van desapareciendo de tu lado y unas van y otras no vuelven más. Ahora me voy al lado opuesto, cuando llegas a una edad bastante adulta y vas caminando por la calle solito con solo el soporte de sú bastón, nadie te da la mano, nadie te ayuda, tu entorno es la soledad.

El otro día iba caminando por la calle y vi un anciano con un bastón, su andar era muy lento y al parecer a las personas no les importaba tropezarlo e inmediatamente me recordé de lo que mencioné arriba, ¿cuantas personas nos ayudan a caminar cuando somos pequeños?, tanto cariño que nos dan y cuando te llega la vejez da igual, te olvidan, eres un estorbo para la sociedad.

En la Venezuela que vivo actualmente se ha perdido el respeto por lo mayores, sobre todo por los ancianos, la caótica ciudad de Caracas ha perdido todos los valores. Ese mismo viejito que les decía hace un rato quiso montarse en una camioneta, y debido a la coyuntura política y económica por la cual estamos pasando, el transpote público no se detiene, ante la necesidad de un anciano que paga el 30% del transporte, es decir, (500bs). Lo que ocurrió fue horrible, el conductor aceleró como pudo, para que el anciano no se montara, y el señor desequilibrado, casi cae pero alguien consciente y con valores todavia, lo ayudó.

Espero que cada paso que des como bebé, sea un paso consciente, lleno de valores para que cuando seas adolescente o adulto ayudemos a esos ancianos que en algun momento nos ayudaron a caminar, que llenaron nuestro entorno de caricias y que sobre todo, estuvieron allí para ser nuestro bastón tanto en el hogar como en la sociedad.