Un humilde campesino era la admiracion de su comarca por su alegria, por la grandeza de su corazon y por su conformidad con las faenas del campo. Un intelectual quiso conocer de donde la venia al campesino lo que con tanta naturalidad ofrecia a sus convecinos.
Supo que se levantaba muy de mañana, y en la soledad del amanecer, durante media hora, concentrado sobre si mismo, repetia a media voz Paz y alegria a mi corazon, y se detenia para respirar pausadamente y expirar a continuacion, para seguir con paz y alegria a mi corazon, y lo mismo hacia, durante un cuarto de hora, antes de acostarse.
Llevaba muchos años siendo fiel a este ejercicio, que se lo habia enseñado a la juventud un peregrino que estaba de paso por la localidad, con una sonrisa le invita a que lo acompañe, a la mañana siguiente en su ejercicio. Le decia al intelectual academico: aunque repito las mismas palabras, no siempre son iguales. Su sonido es distinto cada dia y su efecto es nuevo para mi corazon. Y el intelectual supo aquel dia que estaba ante una de las personas mas sabias que habitaban en nuestro planeta.
No hay imposible para un corazon puro.
Sigueme @jhonjose
No hay imposible para un corazón puro. cuanta razón ojala mucho pudiéramos alcanzar paz y tranquilidad, me gusto mucho. Bendiciones para ti.
Es asi no hay imposible, Muchas gracias Y muchas bendiciones igual para ti!!