Estuve pensando durante mucho, cual de mis hermanos era el más fuerte, el más duro: el supuesto Darwin era de gran corazón e incanzable rabieta, de alboroto insaciable, de griterio ambulante. Pero Adrian, Adrian es la calma de llevar las situaciones, es el que me cuida el jardín cuando me voy lejos de casa, el que me ayuda en las tardes a cocinar sopas, con quien confio el robo de las plantas de la casa de la abuela, y demás sitios donde hay alguna pequeña que pueda caer en nuestros bolsillos.
Todo está ligado al paso del tiempo que tan duro pega en la memoria, quisiera pronto visitarte la mirada, así tal vez otro día podamos ser complices de absurdos dilemas los cuales nosotros entendemos.
Que sería de nosotros sin la familia, sin lo pequeño de los pueblos, o peor aún, que sería de nosotros.
grafito sobre papel.
muchas gracias usted que mira, por mirar hacia esta dirección.