Cuento de la vida real: Hay que hacer contacto con la Naturaleza!

Esta es una historia de la pandemia!

Siempre he sido una persona amante de la naturaleza y los animales, pero a la vez mi profesión como programador independiente obviamente me ha tenido frente a un computador la mayor parte de mi vida. Reconozco que al final soy una persona un poco ermitaña que cuando no teníamos prohibiciones para salir prefería pasar la mayor parte de mi tiempo en mi casa.

Ahora este virus todo lo ha cambiado y de una forma que creo definitiva de cara al futuro! Cada día me levanto y lo primero que hago es abrir las ventanas de mi balcón y disfrutar el precioso día que siempre Dios pone ante mis ojos, pues vivo en la punta de una montaña y la verdad la vista es espectacular!

Entonces ahora añoro que vengan los días de plena libertad y que podamos salir a la calle sin ningún tipo de miedos, a disfrutar el verde, los pájaros, el paseo de las mascotas de mis vecinos! Hasta de mis propios vecinos! (Yo que prácticamente soy Antihumanos!)

Siempre pensé que solo cuando fuese viejo tendría tiempo de disfrutar de aquellas cosas que mi trabajo no me permitía, los paisajes, la naturaleza! Pues estaba muy equivocado, ahora el tiempo es infinito y alcanza para todo, mil actividades distintas en un solo día y como rinde!

Pues hace aproximadamente como dos semanas, un día estaba mirando por la ventana y pensé: Quiero tener pájaros en mi casa y poder disfrutar de ellos! Pero como soy un amante de los animales jamás ni nunca iba a tenerlos de la manera tradicional (en una jaula) y ahí empezó el verdadero reto a la paciencia. Coloqué ese pequeño plato blanco en la ventana y le agregué arroz crudo y de ahí lo que quedaba era esperar a que los pájaros vinieran por sus propios medios.

Ese mismo día no pasó nada pero mi sorpresa y alegría fue inmensa al segundo día al observar llegar a esos dos señores que ven en las fotos! De verdad Dios nos ha dado infinitos regalos que día a día se decantan a nuestro alrededor y nosotros por nuestra cotidianidad lamentablemente no los disfrutamos como se lo merecen.

Desde ese momento esto ha sido un festín día tras día y no me canso de admirar a estos animalitos con sus diferentes costumbres para comer, para vivir porque son una especie que les encanta andar en pareja y se cuidan entre ellos. Mientras uno come el otro se posa en la reja a vigilar el perímetro. Solo después de varios días al entrar en mayor confianza es que se ponen a comer juntos. (Por eso la primera foto es difusa porque tuve que tomarla de lejos y con todo el zoom de mi teléfono ya que no quería espantarlos y que tuviesen miedo a volver por sentirse amenazados)

Ya hoy en día a la ventana vienen tres especies distintas, tortolos marrones, otros azulados tipo eléctricos y los señores de la casa que son los de las fotos, pues son los que vienen más frecuentemente y varias veces al día pues son muy comelones!

Hasta aquí es este cuento, disculpen si me extendí demasiado pero poder haber logrado esto y de forma tan natural y libre es algo que me está llenando profundamente y lo estoy disfrutando al máximo!

Muchas gracias por leerme!

Nota: Todas las fotos son de mi propiedad y las saqué con mi teléfono Motorola MOTO E4!

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