La vida necesita una mínima excusa para manifestarse. Los eternos ciclos de muerte y resurrección se nos manifiestan en una base cotidiana y podemos o no percibirlos…
Pero el no hacerlo nos hace perder uno de los espectáculos más asombrosos de la Naturaleza… y ocurre bajo nuestras narices.
Estas dos fotografías fueron tomadas con apenas un mes y medio de diferencia., cerca de mi lugar de residencia, por un camino que suelo usar para trotar.
Luego de la estación seca, comenzaron las lluvias y en muy poco tiempo la vida, que permanecía latente y expectante bajo toda aquella tierra yerma se manifestó.
¡Gracias por leer!