Los sonidos en formato digital difieren notablemente en el almacenamiento en formato analógico, como es el caso del vinyl y el casette. Hay que recordar que la presión es un fenómeno analógico, es decir, no hay una interrupción en todo el proceso, sino que es continuo. En cambio, en los medios digitales, se requiere que haya una interrupción entre cada valor de sonido para poder almacenarlo. Este efecto sucede en las pantallas de computadora, donde hay aparentemente una presentación continua de la pantalla pero en realidad cada pixel se ilumina de manera consecutiva tan rápido que el ojo no puede reconocer la iluminación consecutiva y nos da una apariencia que todos los pixeles están encendidos a la vez. El efecto en audio es distinto porque el movimiento de la membrana de las bocinas tiene una inercia que hace que la variación en la presión no se interrumpa a pesar de las señales discontinuas (argumento por el cual algunos amantes de la música prefieren grabaciones grabadas a frecuencias mayores a 44 kHz).
Considerando lo anterior, los formatos de audio se dividen en dos tipos: formatos comprimidos y formatos sin compresión. La compresión de los formatos de audio permite que se reduzca el tamaño de los archivos reduciendo lo segmentos silenciosos, reduciendo el volumen máximo de la señal y reducción del espectro de frecuencia de la grabación. De esta manera tenemos una pérdida de información que, de acuerdo con la teoría, no es perceptible al oído, pero esta pérdida no está presente en los formatos analógicos. FLAC y WAV son archivos sin compresión; Mp3, Ogg Vorbis y AIFF son formatos con compresión. Esta diferencia era relevante cuando el espacio de almacenamiento de los dispositivos digitales era una limitante importante, por lo que fue revolucionaria la conversión de WAV a Mp3 para su almacenamiento en un disco compacto. En la actualidad las diferencias entre los formatos es irrelevante, por lo que dependerá de la calidad de las bocinas que se utilicen y la exigencia del público al que va dirigido el producto digital.
La edición del sonido en Audacity puede dividirse en tres procedimientos: edición de un audio único, superposición de audios y edición de audios consecutivos. El primero sirve para eliminar artificios (eco, ruido, notas desafinadas, gis) y efectos especiales (cambio de velocidad, reverberación, cambio de volumen y empalme) para generar un audio con caractecterísticas deseadas. El segundo sirve para que audios grabados en distintos momentos pueda ser alargada o acortada de manera que sea combinada en una única pista y el tercero para mantener niveles de volumen adecuado cuando se están uniendo varias pistas ya editadas. Veremos en otros post estos tres tipos de edición.
Diseño musical y sonoro asistido por computadora (II): Formatos de sonido con Audacity
Audacity es una de las herramientas más útil en el diseño musical y sonoro asistido por computadora. Su significativa cantidad de herramientas, el manejo sencillo de la edición y el hecho de que es una herramienta gratuita sirve como un primer paso para los que deseen estudiar modificación de sonidos, así como un primer paso para el manejo de software más sofisticado. Ante todo debemos entender que Audacity es un proyecto libre y gratuito. Eso implica que solamente pueden procesarse sonidos que se encuentren guardados en formatos que no estén sometidos a patente, por lo cual formatos como WMA no son admitidos en el programa. Para tener clara esta situación, los formatos que acepta el programa son WAV, AIFF, Ogg Vorbis, FLAC y Mp3.
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