Laberinto.
La casa del viejo científico permanece intacta desde su desaparición. Nadie había encontrado explicación alguna sobre su paradero, hasta que me atreví a entrar, una vez dentro lo entendí todo. Al cruzar cada umbral de la casa me encuentro en el mismo espacio pero en otro tiempo, de la puerta de entrada a la sala aparezco de golpe rodeado de antiguedades, muebles raídos y candelabros en lugar de bombillos, cruzo hacia la cocina y aparezco frente a un horno de barro rodeado de leña, avanzo hacia el baño y casi caigo por el hueco apestoso de una letrina improvisada, intento volver a la cocina y ahora estoy rodeado de electrodomésticos de comercial de tv de los años 50, voy a la sala y ahora me veo invadido por artefactos de alta tecnología nunca vistos, trato de salir pero la puerta está trabada.
Si, ya lo entendí. El viejo científico está perdido y encerrado en la historia pasada y futura de esta casa. Quien sabe qué experimentos habrá llevado a cabo, que energías habrá liberado. Y todo por la avidéz de conocimiento. En busca de los "por qué", se ha condenado, y yo también, a vivir dentro de este laberinto maldito, saltando de tiempo en tiempo como si de saltar un charco se tratáse.
Pero mientras enloquezco se me revela una verdad: que esta casa es La Tierra y el científico El Hombre.
Y yo soy el Dios omnipresente que les narra.
Me hiciste recordar el vídeo y la canción de calle trece, así de grande son las ideas, Saludos