Esta es mi tercera semana desde que dejé mis estudios de Ingeniería Química en la Universidad Central de Venezuela. Después de dos años de Ciclo Básico en Cagua, un año viviendo alquilado en Caracas, un año viajando en autobús todos los días desde Maracay a Caracas y viceversa (haciendo escala en Cagua), y cuatro meses viviendo en Caracas a expensas de la caridad de mi novia, que me aceptó en la habitación que tiene alquilada mientras sus padres pudieran seguir pagándole el sitio, reconocí que no puedo seguir estudiando, que ya no puedo seguir pagando el pasaje y no quiero seguir siendo un peso a mi novia que tiene su propia lucha por mantenerse en Caracas mientras termina su carrera. Sus papás a diferencia de los míos no tienen un límite de ganancia al mes, porque trabajan de forma independiente y de trabajos que aún son muy solicitados.