El centro de arte La Estancia es de los mejores lugares de Caracas para pasar un momento de relax entre obras de arte, recitales y espacios abiertos con áreas verdes. Hoy se convirtió en el mejor lugar para comernos a besos. Aunque se han escrito tantas cosas de los besos creo que se puede hacer una nueva categoría cuando hablamos de los nuestros. Hay tanta calidez y suavidad en tus labios suficiente para hacer palidecer al planeta.
El bailar de nuestras bocas juntas sobre su propio eje hacen de los besos una experiencia sensorial inexplicable, donde la sinestesia le hace justicia a nuestros ojos cerrados y nuestras lenguas se liberan de su prisión natural para entrar en un armonioso juego con los labios, donde las texturas y sabores se encuentran. Sabores increíblemente ricos y excitantes.
En nuestros besos existe la particularidad de que tienen una armonía estremecedora donde existe cierta uniformidad apasionada pareciendo que decimos más con nuestros besos que con nuestras palabras. Sentir a la vez tu olor y tus manos acariciando mi pelo y mi espalda mientras yo hago lo propio con tu ser. Instantes que se vuelven eternos.
Los besos no quedan solo en nuestra boca. Manos, hombros, cuellos, frente, orejas, ojos, mejillas, piernas, dedos, omóplatos, brazos. Besar cada rincón de cuerpo y sentir destellos de electricidad se convirtió en marca registrada de La Estancia. Saborear tu piel y perderme en tus pecas. ¡Oh! tus pecas que te cubren como al cielo las estrellas hacen de la vista un placer más que un sentido. Sin mencionar el olor de tu suave piel que me transporta a lugares recónditos jamás encontrados en mi imaginación.
Han sido horas de placer y emoción al aire libre, donde nos adentramos el uno al otro a través de besos, como si no hubiese nada más en el mundo, porque en ese momento no lo había.
Dichosos nosotros que tenemos labios.
La estancia es tan lindo lugar para hacer buenos recuerdos.