(Foto de mi propiedad)
Necesito ir más allá; porque el corazón me lo pide y no consigo callarlo. Las metas que tengo en la vida no dependen de mí, pero puedo ser parte de ellas. Tomando en cuenta que las metas, a diferencia de los sueños, son aquellas que sí se llevan a cabo por uno mismo, al final de cierto recorrido o proceso. Metas como conseguir entrar en tu universidad favorita después de estudiar mucho para el examen de acceso; para mí, esas son metas cualesquiera, que no tomo en cuenta, sino como algo pasajero.
Porque, si estudias lo necesario y lo correcto para ese examen, la única forma de que alguien repruebe es que los nervios le hagan olvidar lo que estudió, si es el caso de que estudió lo suficiente. De otra forma, ¿qué podría evitarlo? Hay que tomarnos las cosas en serio.
Mis metas se tratan de cosas que, en general, no tienen que ver conmigo. Cosas en las que no tengo decisión, pero sí un voto. No necesito tener mayoría de edad para comenzar a lograr mis metas, pues, si con algo debo comenzar, ya he comenzado.
(La imagen es de Eleanor & Park, un libro que me gusta mucho)
¿Cómo se debería trabajar?
Entregarlo todo por conseguir nuestro objetivo: ¿qué es más gratificante que gozar de nuestros objetivos logrados?, que llevamos a cabo desde el 0% hasta el 100%. ¿Qué es más satisfactorio que hacer las cosas con el corazón y sin remordimientos? Esa sería una buena meta para tomar como ejemplo. Pero las personas suelen tener el corazón a medias, y por ello, metas vacías.
Hago mención a la Guía de Markdown que utilicé.
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