La integridad del ser humano es hacer lo correcto aunque nadie nos este mirando

La integridad del ser humano

Es el estado de estar completo, no dividido, cuando tengo integridad, mis palabras y mis obras coinciden, soy quien soy y no importa donde estoy o con quien estoy. La integridad no es tanto lo que hacemos si no lo que somos. Y lo que somos a su vez determina lo que hacemos. Nuestros valores, son una parte de nosotros que no podemos separar de nuestra personalidad. Viene a ser el sistema de navegación que nos guía.

Permite establecer prioridades en la vida y servir de patrón para juzgar lo que debemos aceptar o rechazar, todo ser humano experimenta deseos encontrados, nadie sin importar cuán espiritual sea puede evitar esta batalla. La integridad es el factor que determina cual prevalecerá. Luchamos todos los días con situaciones que demandan decisiones entre lo que queremos hacer y lo que debemos hacer, la integridad da origen a las reglas básicas para resolver estas tensiones.

Determina quiénes somos y como responderemos, aun antes de que aparezca el conflicto. La integridad amalgama el decir, el pensar y el actuar para formar una persona completa, de manera que no es permisible a ninguno de estos aspectos estar fuera de sincronía. La integridad nos une interiormente y forja en nosotros un espíritu de contentamiento. No permite a nuestros labios violar el corazón, frecuentemente tratamos de lograr un “hacer humano” antes de lograr u “ser humano” todo aquel que desee despertar confianza tiene que ser autentico.

Si lo que digo y lo que hago es lo mismo, los resultados serán coherentes, mientras más credibilidad posea, más confianza tendrá la gente de usted y en consecuencia le conferirán el privilegio de influir en sus vidas la palabra integridad viene de la misma raíz latina que entero, también podemos hablar de una persona entera, no dividida. Una persona de integridad vive correctamente, no está dividida, ni es una persona diferente. Una persona de integridad es la misma persona en privado que en público.

Otra característica de una persona de integridad es la confiabilidad, una persona de integridad es irreprochable, permanece fiel a sus principios, sin importar las consecuencias. Una persona de integridad se da cuenta de que hay absolutos morales aun en un mundo de valores relativos.

Una persona de integridad sabe que no todo es gris. Hay principios en los que vale la pena la pena mantenerse fiel y promover, hay valores que deben regir nuestras vidas. Tenemos una responsabilidad de seguir la ley de Dios antes que a la multitud.

Las personas integras; son honradas y sinceras, de modo que se ganan la confianza en su entorno, admiten sus errores o desaciertos. No dudan en señalar las acciones poco ética de los demás, adoptan posturas fundamentadas en sus principios, aunque resulten impopulares. Cumplen su palabras se caracterizan también por la responsabilidad y la profesionalidad.

Al analizar la integridad conviene mencionar su opuesto que es la corrupción. Decimos ser una nación que exige integridad, pero ¿realmente lo hacemos? Decimos que queremos que los políticos sean honestos, pero en realidad no esperamos que lo sean, tal vez porque a menudo no somos nosotros tan honestos como deberíamos serlo. Decimos que somos una nación de leyes, pero a menudo quebrantamos esas mismas leyes; como el límite de velocidad, cruzando la calle con luz roja imprudentemente, irrespetando las filas de los bancos etc. Y tratamos de justificar nuestras acciones con el argumento de que todo el mundo lo hace así.
Desarrollar una vida de integridad, en algunos aspectos es un proceso de toda la vida. Pero tenemos que comenzar en alguna parte. Nuestras vidas son las colecciones de elecciones que hemos hecho en el pasado buenas o malas.