Me pregunto qué noción tiene este gobierno cuando habla de la dignidad de la persona humana.
¿Piensa en el derecho a la vida cuando escasean los medicamentos para pacientes con enfermedades de alto riesgo; o cuando reprime con fuerza brutal las protestas; o cuando a sabiendas que existen civiles armados los tolera porque le son afectos políticamente?
¿Piensa en el derecho al trabajo, cuando miles de trabajadores sienten que sus trabajos están en vilo, por tantas restricciones que impone el gobierno a la iniciativa privada; o cuando políticas macroeconómicas erradas pulverizan el salario; o cuando su criterio de libertad es para reivindicar derechos olvidando que la libertad también es para adquirir compromisos, porque sin esto es utópico hablar de aquello?
¿Piensa en el derecho a la educación, cuando se empeña en cerrar la visión de otros panoramas, radicalizando sus posturas, dividiendo al país, a las familias, y olvidándose que el capital humano es la más importante inversión de una sociedad; o cuando la vocación docente no recibe el adecuado aliciente; o cuando la omnipresente inflación unida a la ineficiencia gubernamental aleja las posibilidades de calidad en prestación de un servicio, que según palabras de nuestro Libertador es la primera necesidad que se debe atender?
¿Piensa en el derecho a la creación de una familia, negándole el futuro con la inseguridad, destruyendo puestos de trabajo en lugar de incrementarlos para que las generaciones de jóvenes profesionales tengan una posibilidad para su propio sustento y de quienes ama; o cuando, los jóvenes se horrorizan por las penurias que tendrían que pasar con la llegada de un bebé, por la escasez de medicinas, de médicos especialistas que abandonaron el país, de las colas interminables para comprar pañales y leche?
¿Piensa en el derecho a la participación de la vida pública, con un aparato eleccionario viciado, manipulado previamente, creando un clima conflictivo para evitar la promoción de nuevas ideas, de nuevas maneras de comprender la realidad y nuevas estrategias para transformarla; o cuando cierra el debate y las discusiones prefiriendo oír lo que quiere oír, y ver sólo lo que quiere ver?
¿Piensa en el derecho a la libertad religiosa cuando manifestaciones de fe que por ir más allá de cuidar la salud del “alma” se les convierte en incómodas críticas?
Todos estos derechos son hoy especialmente reclamados por el pueblo venezolano.
Estimado hermano venezolano, cuanta razón en tu reflexión, estamos secuestrados por una pandilla de delincuentes, que no respetan ningún derecho, pero les encanta hablar de dignidad, cuando lo que hacen a cada segundo es pisotearla, barrerla, no son gobierno, son unos delincuentes aferrados al poder, pero de esta saldremos, tenemos que hacerlo, para hacer una Nueva Venezuela, donde lo primordial sea la cultura, educación, el trabajo y la honestidad... Saldremos ADELANTE. Saludos