¡Steemers del mundo y de sus casas! Es grato escribir nuevamente para ustedes. En esta oportunidad para hablarles del que es (en mi muy humilde opinión) uno de los valores primordiales de la civilización. Hablo por supuesto, de la Tolerancia.
Como ustedes bien saben, el Humano es una criatura de naturaleza gregaria (o semi-gregaria según algunos otros autores), esto se refiere a la relación suscitada cuando los individuos de una población trabajan juntos en pos de un gran objetivo final.
Esta naturaleza ha dado origen al concepto de Sociedad que evoluciona hasta su punto más álgido el cual llamamos Civilización, pero para que las sociedades y sus culturas pudieran trascender era (y es) necesario el entendimiento entre los individuos, trazar metas y objetivos y la cohesión. Cuando todo esto sucedía había siempre opiniones a favor y en contra sobre cómo hacer mejor las cosas y esto podía generar dos tipos de reacciones: Aceptar las opiniones ajenas y tratar de entenderlas para llegar a una coincidencia o rechazarla y tratar de restarle merito, importancia y valor, a veces pudiendo llegar al grado de querer destruirla por completo. Fue así como nació lo que hoy llamamos Tolerancia y su antónimo, la Intolerancia.
Uno de los primeros indicios modernos de lo que hoy conocemos como “Tolerancia Civil” fue la Carta sobre la tolerancia escrita por el filósofo y medico inglés John Locke entre 1689 y 1690 en la cual hace críticas a la intolerancia que generan sociedades secretas religiosas (sectas) y el mismo Estado en contra del individuo y su desarrollo personal.
John Locke
Desde entonces numerosos autores desde el siglo XVIII como Turgot han analizado y desarrollado las ideas de Locke, aplicándolas y actualizándolas según los nuevos tiempos, llegando a su cumbre durante los años de la Ilustración en Europa que desembocaría en los movimientos independentistas en Estados Unidos y América del Sur. Turgot se expresa de la relación del individuo (humano) y el mundo (la sociedad, sus reglas, el orden establecido) como algo enigmático, afirmando que:
“…Y el hombre, cuando comienza a buscar la verdad, se encuentra en medio de un laberinto donde entra con los ojos vendados…”
―Discursos sobre el progreso humano, Turgot (1750)
Esto nos lleva a la defensa del ideario social en el cual nuestro progreso humano es el proceso de la investigación crónica, incluyendo nuestra cultura por supuesto, puesto que su estancamiento o descuido conduce inevitablemente al deterioro de la sociedad y por ende, a la civilización entera. Por eso es de menester importancia que las ideas puedan crecer y evolucionar adecuadamente en sus respectivos foros en defensa de la verdad.
La tolerancia hoy en día
La intolerancia a ciertas opiniones forma parte de los tiempos actuales
En el continuo proceso de globalización e interconexión que vive actualmente nuestro mundo y nuestras sociedades es notable la tergiversación de los conceptos fundamentales de la tolerancia, esto es la manipulación de ideas y principios a través de los medios promovidos por agentes que pueden o pudieran ser afectos a algún Estado o entidad gubernamental, también incongruencias sociales o fallas en las crianzas en las cuales algunos individuos crecen con la idea de que el mundo les debe algo o la continua negación hacia determinadas “minorías” religiosas o étnicas retratadas en conductas y comentarios de los padres o el entorno donde se desarrolle el individuo.
También las ideas asociadas al relativismo moral o cultural tan difundidas hoy en día dan a entender que aunque existan conductas o costumbres que desde el punto de vista “X” o “Y” puedan parecer inaceptables o condenables han de ser toleradas por el simple hecho de pertenecer a otra cultura o sociedad con estructuras diferentes donde estas son aceptadas y funcionan. Esto también va ligado a la conducta tolerante ante desigualdades, injusticias o abusos que estas sociedades han tenido como respuesta a la coerción de sus élites o de quienes ostenten el poder, lo cual esta traducido en Sumisión
Situaciones asi han ocurrido, ocurren y seguiran ocurriendo... Hasta que se les ponga alto
Llevando esto a un plano mucho más personal e individual, debemos reconocer que en nuestras vidas hemos tenido situaciones así: Cuando algún "compañero" de clases nos fastidiaba o alguien en la calle se burlaba de nosotros, hubo momentos en los que decidimos ser tolerantes ante el mal comportamiento de los otros... Y entonces estallamos, decidimos dejar de ser tolerantes a los abusos, a las malas palabras, a los insultos y/o desplantes; denunciamos a quien nos fastidia con la maestra o simplemente le damos de su propia medicina al abusador/a. Cuando finalmente creemos que todo ha parado ahora los demás nos llaman intolerantes o que hemos llegado demasiado "lejos". ¿Pero quien dijo que uno les debía algo a ellos? ¡Uno hizo lo que debía hacer! ¿Porque debo tolerar a quien no tolera?
A veces también llegan las situaciones en donde, por circunstancias ajenas pensamos que nos "toca" tolerar conductas de otros, desde el jefe o supervisor abusivo hasta una pareja sumamente celosa o maleducada , incluso alguien con quien pudiéramos tener una relación de dependencia (si existe). Pero yo les digo que existen limites, limites que nosotros mismos podemos delimitar y hacer entender a los demás de buenas maneras que deben tratarnos con el respeto que exigimos y damos. Muchas veces un dialogo bien llevado puede superar malentendidos e incluso mejorar nuestra comunicación con otros.
Para concluir, les dejo esta imagen para la reflexión:
Facebook: Consciente
Si bien es algo difícil comparto el hecho de que es uno de los valores primordiales en la sociedad pero uno de los que menos se aplican y lo irónico es que estamos en un tiempo en el que es necesario.
Ciertamente es así, también es sumamente lamentable.
Excelente aporte, hace falta mas tolerancia en este mundo, pero al mismo tiempo tener la capacidad de dar y solicitar respeto, no es tarea fácil, pero tampoco imposible... ci vediamo...