Estimado amigo Steemiano, gracias por tú compañía. Supongo que una persona cualquiera que sea su lugar de origen, su nivel intelectual o económico, puede diferenciar si su entorno urbano es bonito, agradable y limpio, o por el contrario es sucio, mal atendido, desagradable y hasta peligroso. Incluso en aquellas situaciones donde ese habitad sea frecuente, tal periodicidad usado en un nivel evaluativo de la lógica ¿Cómo podría afectarnos?, ¿Cómo influye eso en la conducta humana?.
Preguntas similares fueron planteadas por el psicólogo Philip Zimbardo a través de un estudio llamado “La Teoría de los Vidrios Rotos”, sobre psicología urbana. A su vez George L. Kelling y Catherine Coles, en 1969, basado en los trabajos de Zimbardo escriben un libro llamado “Arreglando las Ventanas Rotas”, su contenido está relacionado con el crimen y las estrategias para dominar o eliminarlo de los vecindarios urbanos.
Uno de los experimentos de Zimbardo, se fundamentó en abandonar un coche en las calles del Bronx de Nueva York, sin placas y con las puertas abiertas. La finalidad era estudiar el comportamiento de los transeúntes, respecto al auto abandonado.
Y ¿qué ocurrió? Rápidamente comenzaron a robar el resto de los elementos que estaban en el supuesto carro abandonado. Al transcurrir sólo pocos días ya no quedaba nada de valor. La última fase fue la total destrucción del carro.
El mismo experimento se realizó días después en California, en un barrio rico llamado Palo Alto, se colocó un coche en condiciones de abandono similares a las del primer vehículo, durante el lapso de una semana nada pasó. Entonces el psicólogo decidió golpear la carrocería con un martillo, aportando desmejoras en su apariencia. ¿qué ocurrió?, lo mismo que en el Bronx, a los pocos días el coche estaba descuartizado.
Las conclusiones aportadas por Zimbardo basándose en su experimento y de acuerdo a sus estudios; está vinculado con la estructura de las normas sociales, en el momento que se rompen éstas normas, que a su vez son las que sostienen el orden dentro de una determinada comunidad, ambas, es decir, “tanto el orden, como la comunidad se deterioran y a menudo a una velocidad sorprendente”.
Otra variante de los experimentos que los repitió en diferentes ocasiones en varios centros educativos de enseñanza secundaria (IES), consistiendo en programar un grupo de personas que salgan por los pasillos de las instituciones educativas corriendo y gritando, sin que ningún integrante del profesorado o directores corrija, ni reprenda a los participantes, los resultados determinaron que en muchos casos induce a un desorden absoluto, poniendo en riesgo incluso el proceso de aprendizaje.
Paredes pintadas, rayadas, mesas en iguales condiciones, falta de exigencia, de puntualidad, ausencia de dirección influye incluso en el profesorado perdiendo su estatus y autoridad hacia los supervisados.
Al parecer las normas son una base muy importante de la convivencia cívica, no es establecer muchas normas, puesto que con una excesiva regulación la convivencia se perjudica, las pocas normas deberán aportar claridad, exigencia y firmeza en su cumplimiento. Equipare una norma con un cristal, cuando una norma se incumple, se rompe un cristal, de allí en adelante será mucho más fácil de romperlos, “si un cristal ha sido roto se deberá reparar cuanto antes”.
Fueron estos estudios sobre las conductas incívicas las que retomaron como planteamiento en el libro “Arreglando las Ventanas Rotas”, las conductas irregulares, según el proyecto de los estudios de Zimbardo, y retomadas en el citado libro están influidas por el entorno, pueden ser contagiosas y a su vez pueden ser prevenidas si se cuidan los detalles urbanos.
La limpieza diaria de las aceras, el retiro cotidiano de la basura, evitar que se acumule, reparar los males del sector por pequeños que sean. En el lenguaje manejado por los autores, si se “reparan las ventanas rotas en un período corto”, será menor la probabilidad de permisar la actuación de los vándalos. Los problemas no se intensifican y se evita que los residentes huyan del vecindario.
Esta tesis, también tuvo a los que no apostaron por él, críticos que no creyeron en que estaban tomando todos los datos necesarios.
Desde otro ángulo, en un artículo publicado por la periodista Irene Rodríguez, denominado “Vivir en medio de la basura nos enferma”, portal de La Nación, (Junio-2015). Explica; la basura presente en la urbe, no solamente puede causar daño a la salud, sino además a las emociones. Cuando se vive en condiciones insalubre, con basura en el entorno inmediato, además del desagrado de los malos olores, el visualizar el caos, conduce al desconcierto, depresión y “generar ansiedad o deprimir al individuo”.
Aquellos lugares, poblados, ciudades y países que trabajan por su urbe y se preocupan por sus entornos, bravo por ello, sin embargo; y para lamentarlo no siempre es así. Mi intención es quizás alertarlo, el Arte de la Vida pasa por entender cómo nos puede influir la convivencia en los lugares y ambientes que nos rodean, si el suyo es amable, considérese afortunado, porque lamentablemente no todos tenemos ese patrimonio, el desorden, la suciedad, llama al caos a la violencia y al irrespeto de los bienes comunes. Seguramente algunos de mis lectores saben perfectamente a lo que me refiero.
Este portal @elartedelavida, se ha planteado la necesidad de vivir mejor, con los recursos que cada uno de nosotros tenemos a nuestro alcance. Pero; me gustaría saber la opinión de Zimbardo, cuando se ven a las personas comer en los basureros de una urbe, estoy segura que su sorpresa y angustia sería muy elevada.
Como debemos gestionar lo que tenemos, le sugiero: Trabaje en su mente, mantenga el sentido de pertenencia, sin importar el desagravio de algunos lugares que no lucen tan bonitos, personalmente considero que no hay ni un ápice de ingenuidad en mantener los poblados sucios, más de uno está plenamente enterado de las teorías planteadas por los citados artículos, incluso me atrevería a decir que sostienen el maltrato de los lugares para generar claramente comportamientos insanos.
Si es cierto o no que un comportamiento antisocial disminuye o aumenta influenciado por su entorno, estará de la mano de los expertos. Lo que sí estoy segura es que el ambiente que nos rodea nos hará sentir un ciudadano o un sobreviviente de acuerdo al caso.
Cuando en un lugar se comienza a colocar basura desordenadamente, sea una calle, un edificio, un colegio, ventanas o puertas rotas, el abandono de terrenos, lugares, afectan los entornos, incluso, colocar tarantines delante de cualquier zona, desmejora el espacio y proporciona una invitación a la desolación. Cuida tu entorno, de ser posible, si está a tu alcance instruya a los que lo rodean, ocúpese de ellos, considere que es para su mejor Calidad de Vida.
Notas de Referencias:
Philip George Zimbardo, nacido en 1933, estadounidense, psicólogo, investigador del comportamiento humano, profesor en la Universidad de Nueva York, Universidad Stanford, Miembro de Asociación Estadounidense de Psicología, Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, otro de sus trabajos considerado el más célebres fue el experimento de la cárcel de Stanford.
Libro: “Arreglando Ventanas Rotas”, por George L. Kelling y Catherine Coles es un libro de criminología y sociología urbana publicado en 1996, que habla acerca del crimen y las estrategias para contenerlo o eliminarlo de vecindarios urbanos. Basado en un artículo titulado Ventanas Rotas de James Q. Wilson y George L. Kelling, 1982.
Irene Rodríguez, periodista, artículo denominado “Vivir en medio de la basura nos enferma”, portal de La Nación, (Junio-2015).
Contenido de la Imagen Principal, de mi autoría.
Querido amigo lector, agradezco mucho tu compañía, pido para ti bendiciones y nos seguiremos encontrando en tu portal favorito en Steemit@elartedelavida
SOY VENEZOLANA
excelente post. upvoted follow Saludos desde Canada.
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