febrero 20, 2018
Llevaba días tratando de escribir y no salía nada de mi mente. Últimamente he estado pensando demasiado y he callado más de lo usual. No he podido levantarme aún, sigo sentada observando cada grieta que se ha ido haciendo en mi camino.
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Me he quedado sentada por un rato más, sólo porque lo he querido estar. Muchos a mi alrededor hablan, la mayoría de las personas dicen que se les hace difícil notar mis sentimientos y que no tengo corazón. También han aparecido quienes tratan de descifrar algo de mi que realmente ni yo misma sé.
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Déjenme decir que no es mi intención cohibir las lágrimas de otro, de hecho para mi llorar es lo mejor que puede hacer una persona y estar triste no está mal, lo que si esta mal es no sentarte a pensar y optar por dejarlo a un lado. Ahora es que faltan caídas, ahora es que faltan tormentas y simplemente hay que disfrutarlas.
Me he quedado sin palabras una vez más, no se que me pasa.
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No soy tan detallista como la vida lo ha sido conmigo porque sus detalles me han ido demostrando que no todo regalo es lo que quieres sino lo que realmente necesitas. Sí, he regalado sonrisas y cosas materiales, pero para ser sincera, desde que comenzó este año he optado por regalar más silencios que palabras y estender mi mano.
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Solo que desde que empecé a callar no he podido controlarlo y ahora lo menos que hago es hablar. No se si eso este mal, y no entiendo porque sigo esperando que la vida me vuelva a golpear cuando aún ni me he levantado del suelo.
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Aquí abajo no se está tan mal, de vez en cuando me levanto para agarrar un poco de sol y no resfriarme. Y para quienes le dejan todo al tiempo.. les digo que él no cura las heridas, sólo las adormece y cuando despiertan pueden llegar a doler más.