Me ha gustado tu artículo. En mi experiencia, con los niños hay que dominar la delicadeza con maestría. Nuestro trato con ellos debe ser equilibrado: sabiendo escucharles, sabiendo darles la razón cuando la tienen, pero también sabiendo imponer límites y topes. El manejo de ambas cosas es un ir y venir que va configurando al niño. Pero qué duda cabe, como decía el gran poeta Virgilio, "el amor todo lo vence". saludos esotéricos!