SI PUDE RESISTIR AYER, HOY TAMBIÉN PODRE!
@apolinarcastro
He estado en los despeñaderos de la necesidad y el padecimiento. Al preguntarme cómo sobrelleve las experiencias que todos pasamos, les contesto constantemente: "Si pude resistir ayer, hoy también podre. Tampoco me pongo a pensar en lo que sucederá mañana".
En el transitar por la vida conocí la carencia, la lucha, la angustia, la desilusión. Teniendo que trabajar más allá del límite de mis fuerzas. Al analizar mi vida, me doy cuenta de que es como un campo de batalla disimulado por los restos de mis sueños no consumados, de mis ilusiones perdidas: una lucha siempre librada con divergencia desmedida que me dejo lastimado y envejecido prematuramente. Lo importante de todo esto es que, no me tengo lastima y no derramo lagrimas por el pasado ni siento rencor por las personas que no han vivido nada de lo que me tocó vivir. La diferencia está en que yo si he vivido. Y los demás solo existieron. Bebí del cáliz de la vida hasta el fondo. Y los demás sólo tomaron sorbos de las espumas de la superficie. Sé cosas que los demás nunca sabrán. Veo cosas que otros simplemente están ciegos. Únicamente las personas con ojos limpiados por las lágrimas alcanzan una profunda visión que los convierte en seres especiales de este mundo.
Aprendí en la Universidad del Amargura una filosofía que ninguna persona que haya tenido una vida cómoda puede conseguir. A vivir cada día según llegue y sin aprietos con el recelo del mañana. Es la oscura amenaza de esa imagen lo que nos hace temerosos. Depongo ese temor de mí, porque la experiencia me ha instruido que cuando llegue el momento al que temo obtendré las fuerzas y la madurez para enfrentarlo. Los contratiempos no afectan. Cuando hemos visto que toda edificación de felicidad se desmorona en escombros en torno a nosotros, ya no nos interesa que una doméstica se olvide de colocar las servilletas en la mesa o que el cocinero derrame la sopa.
He asimilado a no esperar nada de los demás y así puedo deleitarse con el amigo que no es fiel o con el simple conocido que susurra a mis espaldas. Y sobre todo he conseguido el sentido del humor, porque eran exageradas las cosas ante las cuales no podía sino reír o llorar. Y cuando una persona tome a burlas sus contrariedades en lugar de perturbase, ya no hay nada que le cause daño. No lamento las privaciones que he sufrido, porque gracias a ellas he vivido completamente cada momento de mi vida. Y valió la pena el precio que he pagado.
saludos desde la comunidad espero contar con su apoyo