¡Esto tambien se llama Libertad! - Reflexión

A los que buscan la libertad

Ella estaba de cumpleaños y estaba esperando ansiosamente la llamada de un ser muy querido. Se hacía cada vez mas de noche y ya había recibido muchísimas felicitaciones, pero no la de Héctor, ese amigo muy muy cercano. La cumpleañera agarro el teléfono y le marco:

--¡Aló! ¡¿Héctor?!
--Si, si… ¿Quién es?
--Yo
--¿Y quién rayos es yo?
--¡Nazareth!
--¡Nazareth!, ¡Que gusto oirt…!
--Ya va, espera… Héctor, ¿no sabes qué día es hoy?
--¿Hoy?, bueno, es viernes… pero…
--¿Qué día importante o especial es hoy Héctor?
--¿Día de la bandera?
--No…
--¿Día Internacional de la mujer?
--Tampoco…
--Nazareth,… ni idea entonces…
--Héctor, ¡Hoy estoy cumpliendo años!
--¡Cierto, tienes razón!, ¡Lo había olvidado!
--Me lo imagine, por eso te llame para recordártelo.
--Nazareth, Quiero desearte un fe…
--No, no, ya va… No me felicites aun, voy a colgar y luego tú me llamas, ok?

Y así paso, la cumpleañera, se fue lejos del teléfono y dejo que contestara otra persona que estaba allí; ahora se hizo la dura.

--¡Nazareth!... ¡Naza, te llaman por teléfono! –Grito la mama.
--¡¿Quién me llama?!
--¡Héctor!
--¡Aló!... ¡Wow, gracias Héctor, no esperaba menos de ti!—Contestó ella muy pero muy satisfecha.

Esa noche de su cumpleaños, durmió feliz y muy tranquila.
Algunos transforman el día de su cumpleaños, de su tristeza o de su penuria por falta de libertad.
Cuando deseas que alguien te quiera, hazlo tu primero; también acepta que lo haga antes de que tú lo empieces a hacer. Cuando no te felicitan, no es porque no te quieran, pudo ser que no lo recordó simplemente. No recordar no es odiar, odiar es destruir una amistad o alguna relación y no recordar es dejar de realizar cosas que se tenían pendientes. Y a todos se nos podrían olvidar cosas que teníamos pendientes, cosas muy importantes, si alguien no te ama, pues , amalo tu primero, y si alguien no te ha llamado, recuérdaselo para que te llame, o simplemente llámalo tú, ya que no sabes si la otra persona podría estar pensando, que no lo quieren o no lo recuerdan, y el gesto que quieres que hagan contigo, lo puede estar necesitando alguien más, y es mejor dar que recibir…

¡Esto también es libertad!