SPANISH:
San Valentín es una fecha que se asocia con el amor romántico, pero también puede ser una oportunidad para celebrar el amor propio. El amor propio es la aceptación, el respeto y el cuidado que nos tenemos a nosotros mismos, independientemente de nuestra situación sentimental. El amor propio nos permite reconocer nuestro valor, nuestras fortalezas y nuestras debilidades, y nos ayuda a crecer como personas.
El amor propio no es egoísmo, ni narcisismo, ni vanidad. Es una forma de autoestima saludable, que nos permite relacionarnos mejor con los demás, sin depender de su aprobación o validación. El amor propio nos hace más libres, más felices y más auténticos.
Una forma de practicar el amor propio es dedicarnos tiempo y espacio para hacer lo que nos gusta, lo que nos hace bien, lo que nos nutre. No se trata de aislarnos o de ignorar a los demás, sino de equilibrar nuestras necesidades con las de nuestro entorno. Se trata de ser amables y compasivos con nosotros mismos, de reconocer nuestros logros y de aprender de nuestros errores.
A propósito de San Valentín, quiero compartir con ustedes mi propia anécdota en mi pasado cumpleaños, 22 de septiembre. Fue un día dedicado completamente a mí. Me autoinvité a comer helado, paseé por el parque, escribí y disfruté de mi propia compañía. ¿Y saben algo? No me sentí sola, ni triste, ni aburrida. Al contrario, me sentí plena, alegre y creativa. Me regalé un día para celebrar la vida y su esencia.
Siento que el amor propio no es una utopía, sino una realidad posible y deseable. Éste no es una condición, sino una elección. No es una obligación, sino un derecho.
El amor propio es el mejor regalo que podemos hacernos, no solo en San Valentín, sino todos los días del año. El amor propio es el primer paso para amar y ser amados de verdad. El amor propio es el principio y el fin de todo amor.
ENGLISH:
Valentine's Day is a date that is associated with romantic love, but it can also be an opportunity to celebrate self-love. Self-love is the acceptance, respect and care we have for ourselves, regardless of our romantic situation. Self-love allows us to recognize our value, our strengths and weaknesses, and helps us grow as people.
Self-love is not selfishness, narcissism or vanity. It is a form of healthy self-esteem, which allows us to relate better to others, without depending on their approval or validation. Self-love makes us freer, happier and more authentic.
One way to practice self-love is to dedicate time and space to do what we like, what is good for us, what nourishes us. It is not about isolating ourselves or ignoring others, but about balancing our needs with those around us. It is about being kind and compassionate to ourselves, acknowledging our achievements and learning from our mistakes.
Apropos Valentine's Day, I want to share with you my own anecdote on my past birthday, September 22. It was a day completely dedicated to me. I treated myself to ice cream, walked in the park, wrote and enjoyed my own company. And you know what? I didn't feel lonely, sad or bored. On the contrary, I felt full, joyful and creative. I gave myself a day to celebrate life and its essence.
I feel that self-love is not a utopia, but a possible and desirable reality. It is not a condition, but a choice. It is not an obligation, but a right.
Self-love is the best gift we can give ourselves, not only on Valentine's Day, but every day of the year. Self-love is the first step to truly love and be loved. Self-love is the beginning and the end of all love.