Esta es mi entrada para el concurso de creadores.

Tome una imagen de una carta e hice una historia relacionada (y tome otra carta, como bonus, que no voy a mostrar, pero que es mencionada en la historia)

El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, tiñendo el mar de tonalidades doradas. A bordo del barco pirata "La Venganza del Abismo", navegaba una tripulación de temibles corsarios liderados por el infame capitán Owen. Entre ellos, se encontraba un loro peculiar llamado Pepito, cuyas plumas vibrantes contrastaban con su mirada astuta y penetrante.

Pepito, aparentemente inocente y amigable al principio, comenzó a mostrar un comportamiento cada vez más siniestro. Sus graznidos se volvieron discordantes y llenos de malicia. Su mirada se tornó fría y despiadada. Los marineros, desconcertados y temerosos, empezaron a sospechar que algo andaba mal.

Una noche, mientras la tripulación celebraba una victoria sangrienta, Pepito emitió un graznido siniestro. Un escalofrío recorrió la espalda de todos los presentes. Miraron hacia el loro, cuyos ojos brillaban con un fulgor demoníaco. En ese momento, el horror se desató.

Pepito se transformó en una bestia alada y sus garras afiladas rasgaron la carne de los marineros indefensos. Su risa malévola resonaba en el aire mientras aniquilaba a sus compañeros de tripulación uno por uno. Nadie podía resistir su ira desatada.

Con un graznido triunfante, Pepito, el loro convertido en una bestia alada, aniquiló a los últimos marineros que se atrevieron a desafiarlo. La cubierta del barco estaba teñida de sangre y los gritos de agonía se extinguían lentamente. Solo quedaba el capitán Owen, parado frente a la criatura malévola con una determinación feroz en sus ojos.

El capitán, empuñando su espada con destreza, se abalanzó contra Pepito en un desesperado intento de vencer al monstruo que una vez fue su leal compañero. Pero el loro, ahora imbuido de poderes oscuros, esquivaba cada golpe con agilidad sobrenatural. Sus garras afiladas cortaban el aire, amenazando con desgarrar la carne del capitán.

La batalla se prolongó, ambos oponentes luchando con ferocidad y habilidad. El loro, con su inteligencia innata y su malicia desatada, atacaba con una furia implacable. El capitán Owen, determinado a proteger su barco y a lo que quedaba de su tripulación, se aferraba a la esperanza de encontrar una brecha en la defensa del monstruo alado.

En un último intento desesperado, el capitán lanzó un ataque certero hacia el corazón de la bestia. Su espada cortó el aire con un silbido y encontró su objetivo, perforando el pecho de Pepito. Un destello de triunfo cruzó el rostro del capitán, creyendo que había logrado vencer al mal que poseía a su antiguo compañero.

Pero para su horror, el cuerpo del loro se convulsionó y se desvaneció en una nube de humo oscuro. La risa siniestra de Pepito llenó el aire mientras su forma reaparecía, incólume y aún más poderosa. El capitán Owen se dio cuenta de que había subestimado la verdadera naturaleza de la maldición que envolvía a su antiguo amigo.

El combate alcanzó su punto culminante mientras el capitán luchaba por su vida. Pero a pesar de su valentía y experiencia, Owen se encontraba en clara desventaja frente al poder sobrenatural de Pepito. El loro maldito, con cada movimiento y cada graznido, minaba la resistencia del capitán, debilitándolo lentamente.

Finalmente, exhausto y herido, el capitán Owen cayó de rodillas frente a la inminente derrota. Su espada cayó al suelo mientras Pepito se erguía triunfante sobre él, sus ojos brillando con malicia y triunfo. Era el momento en que el loro se alzaba como el único soberano de aquel barco maldito.

Mientras Pepito se alzaba triunfante sobre el capitán Owen, un aura oscura envolvió al capitán. El loro maldito, con sus ojos inyectados en sangre, fijó su mirada en su antiguo compañero y emitió un graznido maligno.

En un instante, una energía tenebrosa se desató y envolvió al capitán Owen. Su cuerpo comenzó a retorcerse y transformarse, adquiriendo rasgos monstruosos. La piel del capitán se volvió grisácea y escamosa, sus ojos brillaron con una luz siniestra y sus extremidades se deformaron en garras afiladas.

Ahora, convertido en un ser oscuro y malévolo, el capitán Owen se erguía junto a Pepito, leal a su lado. El loro, complacido con su nueva creación, dejó escapar una risa gutural mientras el capitán abrazaba su nueva naturaleza monstruosa.

A partir de ese día, el barco pirata "La Venganza del Abismo" se convirtió en una embarcación temida y maldita. Bajo el liderazgo del Loro Maldito y su fiel asistente, el ex capitan Owen, ahora más monstruo que hombre, los mares ya no volvieron a ser lo que alguna vez fueron.