Evangelio a la carta; la neo tendencia herejética

Hola estimados amigos del maravilloso mundo steemit. Hoy quiero compartir esta breve reflexión en torno a la flexibilización del evangelio en la actualidad.

Si bien es cierto, el evangelio ha sido siempre el mismo desde el principio. No obstante, en la actualidad se pretende amoldar el evangelio a la medida y exigencias del hombre. Jesús y Pablo, al igual que otros apóstoles, hicieron hincapié en la importancia de permanecer fieles al verdadero evangelio, sin fluctuar ni requerir "otro evangelio" que no sea el instituido por Dios. Pablo en la carta a los Gálatas capítulo 1 versículo 9 advierte: "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema." Esto precisamente con motivo de aquellos que pregonaban un evangelio cuyo bagaje distaba de la genuina fe. La pregunta que surge al respecto es: ¿Será que en la actualidad se está predicando también un evangelio conforme a la medida y caprichos del hombre? De ser así, con qué intención se hace. Será para evitarle al converso llevar la verdadera cruz y colmar las iglesias de feligreses sin compromiso donde solo importe el ofredar y diezmar para hacer de la grey un negocio rentable? La respuesta esta asociada al interés de quien predica, pues si se trata de un verdadero creyente predicará el evangelio que exige del cristiano un verdadero compromiso, asumiendo que se trata de rendirse enteramente al Señor, en cambio, si su intención es meramente la mercantilista pues se verá determinado a flexibilizar el evangelio de manera tal que no sea "gravoso".

Hoy día vemos como lamentablemente en muchas iglesias se predica a un Jesús que no demanda compromiso ni sujesión. Lo presentan más como "pana" y no como Señor. Ese evangelio a la carta le permite al aspirante seleccionar la iglesia a su gusto sin que se le reprima sobre lo pecaminoso de su vida.
Afortunadamente aun queda un remanente fiel cuya enseñanza bíblica no es negociable y mantiene un compromiso intrínseco con el Señor de la mies, Dios. Y este asume que su Señor es Jesucristo, el cual demanda obediencia a su Palabra.