Todos absolutamente todos los regímenes totalitarios necesitan crear un enemigo del cual defender al pueblo. Es la regla fundamental para iniciar el dominio sobre la masa objeto de su "desprendida protección". Se nos presenta como el mesia de orígenes más allá de lo humano, creado por una fuerza superior o designio divino que justifica su existencia. El mesiánico personaje llena de lemas y consignas el discurso que conforma su consecuente manipulación, pretendiendo que es el elegido por la providencia para la defensa de los más altos y nobles intereses del pueblo.
En este sentido la historia se repite con el mismo desconcertante ritual. Está más que demostrado que estos personajes siempre encontrara espacio en aquellos que buscan quien les resuelva los problemas. El "semi dios" se sacrificará por el amor a su pueblo, al cual protegerá aún a riesgo de su propia integridad física ofreciendo hasta la vida misma de ser necesario, Son capaces de hablar con pajaritos y viajar al futuro, si eso contribuye ha explicar sus intenciones y prédica salvadora. Por eso es que el enemigo imaginario y la tiranía son gemelos univitelinos nacidos del mismo siniestro vientre de la opresión.