Tras reconocer que la difusión de las grabaciones del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, fue una estrategia electoral, el Partido Popular, que sigue sin contar con apoyos para la investidura del próximo dos de agosto, se vería en la obligación de crear otro escándalo de corrupción para motivar el voto en caso de que hubiera que convocar nuevas elecciones, según han informado fuentes del partido.
Leer artículo completo en El Mundo Today