DISFUNCIÓN VITAL

CAPÍTULO I
En la plenitud de este siglo XXI, resulta casi absurdo pensar que el hombre no ha alcanzado su madurez intelectual y emocional. Parece ser que la estupidez humana prevalece por sobre las otras funciones cognitivas o intelectuales. Esta reflexión viene a colación, porque me doy cuenta por propia experiencia, que cuanto más profundizo sobre las razones del comportamiento humano y las respuestas que el hombre da a lo que considera "Una mejor Vida" "el desarrollo " o "la felicidad", resulta que lo que motiva tal concepto, es el propio egoísmo, la satisfacción propia, el reconocimiento o la obtención de privilegios o provecho personal.
Cada vez más, el mundo se esta ahogando en su propia tiniebla de insensibilidad, intolerancia, incapacidad para ver más allá de sus narices y su propia miseria, que resulta difícil no sentirme frustrado por lo que considero: la incapacidad del ser humano por ser PERSONA, es decir, la deshumanización del hombre.
Se que no es un concepto propio, ni pretendo hacer un tratado de filosofía sobre el tema, pero así como existe (medicamemente hablando) la disfunción eréctil en el hombre o la frigidez en la mujer (conceptos chocantes, pero ilustrativamente gráficos) parece ser que la enfermedad del siglo XXI es la DISFUNCIÓN VITAL, entendiendo por ella, como aquella condición del homo erectus, homo habilis, homo sapiens, o cualquiera sea su calificativo antropológico o científico, de la pérdida o deterioro delas funciones vitales del hombre que tanto le costó construir y desarrollar a lo largo de la cadena evolutiva.
Lo peor de todo es que la causa de ese mal, fue su propia concepción de la realidad única y determinada por la historia y la confianza ilimitada en su propia capacidad intelectual y de verse a si mismo como una criatura "autónoma" "pensante" y auto suficiente", que terminó perdiendo el norte de su razón de existencia...