La conceptualización del hombre desde un punto de vista holística e integral ha permitido evaluar todas las etapas de la vida por las cuales atraviesa el ser humano, siendo motivo por el cual implica una serie de connotaciones que pueden llevar al hombre en el peor de los casos a la muerte, evidentemente que existe muchos casos en los cuales el éxito del cuidado que se le ofrece da como resultado la reintegración del hombre a los estilos de vida, pero por otra parte existen personas que se encuentran sometidas a procesos patológicos en donde a pesar de que el pronóstico puede ser la muerte , se hace necesario ofrecer cuidados paliativos.
La sociedad Europea (2006), expone, que son aquellas atenciones que se le dan a un paciente con una enfermedad potencialmente mortal en que no ayuda los tratamientos curativos. A pesar de los importantes avances médicos de los últimos años, la atención adecuada al creciente número de personas afectadas de cáncer sigue representando un importante reto de salud pública. Muchos de estos enfermos llegarán al final de su evolución a una etapa terminal, caracterizada por un intenso sufrimiento y una alta demanda asistencial.
Los cuidados paliativos tienen como objetivo fundamental aliviar el sufrimiento y mejorar en lo posible la calidad de vida de estos pacientes. Esto supone necesariamente que los profesionales y las Administraciones Sanitarias asuman el reto de prestar una atención integral que tenga en cuenta no sólo los aspectos físicos, emocionales, sociales y espirituales, sino también el que se preste en el lugar idóneo, con especial énfasis en el periodo agónico, y teniendo en cuenta a los familiares en el proceso de duelo cuando sea necesario.
Existe una demanda generalizada de una atención centrada en el ser humano, de calidad y a costos razonables, que permita una vida y una muerte dignas. Las prioridades de los pacientes son: tener los síntomas aliviados, evitar una prolongación inapropiada de su situación, tener una sensación de control en la toma de decisiones, no ser una carga y estrechar los lazos con sus seres queridos.
Los cuidados paliativos intentan dar una respuesta profesional, científica y humana a las necesidades de los enfermos en fase avanzada y terminal, así como de sus familiares. Sus objetivos fundamentales son:
Atención al dolor, otros síntomas físicos y a las necesidades emocionales, sociales y espirituales y aspectos prácticos del cuidado de enfermos y familiares.
Información, comunicación y apoyo emocional, asegurando al enfermo ser escuchado, participar en las decisiones, obtener respuestas claras y honestas y expresar sus emociones.
Asegurar la continuidad asistencial a lo largo de su evolución, estableciendo mecanismos de coordinación entre todos los niveles y recursos implicados.
Teoría Fundante.
Teoría Humanista
La concepción humanista, para Martínez (citado por Cardinal, 2006), señala por ejemplo, “la gran riqueza de la naturaleza humana” y afirma “que los sentimientos, emociones y percepciones de toda persona están llenos de elementos y matices que los hacen muy personales” . Sostiene que el hombre percibe el mundo externo según la realidad personal y subjetiva, sus necesidades, deseos, anhelos, valores y sentimientos, e decir con una dirección adentro-hacia-fuera. Que el individuo tiene capacidad de autonomía y elección y que es competente para una relación recóndita al sentirse solo ante su propia existencia, principalmente ahora, en una sociedad de masas e igualada que le exige enfrentar sus incertidumbres, miedos y angustias y a buscar la compañía de los demás como un instrumento de sobreponerse a su soledad.