Fuente
Invito a creer que la desaparición física no es más que un salto a otro plano y que el que se va, de este plano existencial llamado vida, sigue sin darse cuenta de ese cambio interactuando con nosotros, es decir quien muere, solo muere para nosotros, por la carencia de verlo como continua entre nosotros, solo despedimos el vehículo físico que lo acompaño durante el camino existencial, que aun emprendemos como seres vivos.
Porque me atrevo a manifestar este pensar a sabiendas que podría ser tomado como un delirante anómalo de la realidad, lo hago desde lo vivido durante muchos años de mi vida, el poder sentir la presencia de personas que ya no están entre nosotros, lo he notado desde el olfato al percibir olores típicos, por ejemplo una fragancia de perfume, olor a tabaco donde no se fuma y el mismo tabaco que se fumaba cuando el otro ser era parte de nuestra existencia, muchas veces uno dice, al mantener la habitación intacta del que ya no está, que su olor queda impregnado en ropas, sabanas, etc.
En los sonidos ¿cuantas veces? Nos sucede que sentimos que nos nombran y estamos solos y en la calle misma, nos damos vuelta por escuchar nuestro nombre y no hay nadie, cuantos sonidos se escuchan dentro de nuestro hogar sin razón alguna.
En la vibración propia de nuestro Ser evidenciamos roces, que nos estremecen, que nos da sopores y hasta escalofríos muy pronunciados porque asistimos a ver como se nos eriza la piel, angustias repentinas y hasta estados de gozo inexplicables.
En la visión también nos sucede ver cosas que se hacen invisibles, con la misma velocidad, que se hizo visible, como pequeños fragmentos de luminosidad o visiones de figuras, llámese espíritus, almas o como deseen expresarlo.
Muchas veces, creemos en posibles contactos con el mundo de las almas y tendemos a dar parámetros ilustrativos de diferentes almas, como alma en pena o en un alma que se resiste a ir hacia luz, por esa necesidad de prevalecer entre los vivos.
La muerte es lo que nombramos el fin de una existencia, una situación, un camino que llega a su fin, pero lo que no, nos atrevemos a ver o creer, que la muerte sea un cambio y no un final abrupto de una existencia, el cambio lo producimos nosotros, los que nos quedamos físicamente vivos, por hacer de la partida un culto de dolor y una traumática necesidad de aceptación.
Si pudiéramos ver la muerte con el traspaso de un estado a otro en nuestro caso, porque sigo insistiendo que quien parte, no registra ninguna partida y sigue entre nosotros ese curso llamado existencia, el paso del tiempo determina puntos bien detallados, diferenciando planos, es decir quien ha partido en el pasado, pertenece a ese pasado, es decir que existen muchos planos de elevación no se involucra el ayer con el presente, ni el presente con el mañana, tal cual se debería vivir en este sitio donde transcurrimos los que nos podemos decir vivos, aunque seguimos trayendo el ayer con recelo y angustias, sin poder despejarnos y soltar definitivamente todo lo que nos daña y nos inhibe crecer, el hoy es este preciso momento que estás leyendo esta palabra, una vez leída quedo en el pasado y el futuro dice presente inmediatamente.
Este concepto de que el Ser sigue con su existencia, es un fundamento desarrollado desde mi necesidad de filosofar, sobre la vida y sus creencias, donde todo debe tener un porque…gracias por la atención prestada y bella existencia sin tantos prejuicios existenciales…